Las luces, el ruido, las conversaciones, las expectativas… A veces la Navidad, que debería ser mágica, se siente abrumadora. Si te gana la ansiedad en plena cena familiar, no estás sola —y no estás “mal”. Aquí tienes una guía práctica y emocional para volver a respirar, recuperar el control y reconectar contigo misma, paso a paso.