Por: Jennifer Savin
Traducción: Regina Balderas
¿Todos necesitamos un suplemento?
Meter al carrito tus tabletas de hierro o sobrecitos de vitamina C se siente como ganar puntos extra de bienestar, ¿no? Pero ojo, Hilton advierte: “Los suplementos no son inofensivos, hay que tomarlos tan en serio como un medicamento.”
¿Y quién necesita qué? Depende de cada persona, claro, pero hay uno que sí debería estar en la lista de todxs: la vitamina D. “Se recomienda que todo el mundo tome un suplemento de vitamina D entre octubre y marzo,” dice Hilton. “Y si durante el verano casi no sales o te cubres mucho del sol, probablemente deberías tomarla todo el año.”
Sobre la dosis, con una tableta de 10μg (400 IU) estás cubiertx en la mayoría de los casos. También, si eres vegetariano o vegano, podrías beneficiarte de un suplemento de B12 (10μg), pero lo ideal es que lo consultes con tu médico o alguien profesional en el tema.
¿Y un multivitamínico? Tampoco es mala idea si tu alimentación (como la de muchxs) no es tan completa como crees.
Eso sí, es clave fijarte en cómo interactúan los suplementos entre sí y leer bien los ingredientes. Muchos que se venden como “naturales” traen toronja, por ejemplo, y esta puede interferir con ciertos medicamentos.
¿Se puede tener una sobredosis de suplementos?
Aunque la mayoría de los suplementos son bastante inofensivos, hay ciertas tabletas con las que sí hay que tener cuidado, explica Hilton. “Pon atención a las vitaminas liposolubles, especialmente la A, pero también la D, E y K, porque cuando tomas dosis muy altas, al cuerpo le cuesta eliminar el exceso.”
Cómo distinguir de un buen suplemento de uno “meh”
Sí, lo sabemos: en los últimos años los suplementos han mejorado sus empaques y hay vitaminas que ya casi tienen club de fans. Pero no te dejes engañar por lo bonito del frasco, advierte Hilton. “Puedes tener dos suplementos que en la etiqueta digan que contienen lo mismo, pero las cantidades y la calidad pueden variar muchísimo.”
Lo ideal, dice, es buscar suplementos que hayan sido probados por terceros (third-party tested). “Cualquier marca que haya invertido en ese tipo de pruebas lo va a presumir en su web o en la etiqueta, porque es caro y es un gran punto a favor.”
¿Quieres ir un paso más allá? Revisa si han hecho ensayos clínicos que respalden lo que prometen.
