La mediocampista más importante del futbol femenil estadounidense se retira a los 38 años y derrota a la selección sudafricana con un marcador de 2-0; Megan Rapinoe dice adiós
Megan Rapinoe es, sin duda, la futbolista estadounidense más importante de todos los tiempos. La estrella se consagró como leyenda cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, fue campeona del mundo en 2015 y 2019 donde también recibió el balón de oro, la bota de oro y más tarde fue reconocida por la FIFA como la mejor jugadora del mundo.
La futbolista también reveló públicamente en 2012 que es lesbiana, lo cual generó una opinión muy dividida en redes sociales y en los estratos sociales más conservadores de Estados Unidos, aún cuando su desempeño como mediocampista y capitana indiscutible de la selección estadounidense es indiscutible.
Tenemos el pelo rosa y el pelo morado, tatuajes y rastas, tenemos chicas blancas, negras y lo que hay en medio. Tenemos chicas heterosexuales y chicas lesbianas
El legado que deja Megan Rapinoe en el futbol femenil no sólo es un mensaje deportivo que apela a la igualdad, también fue, y sigue siendo, un mensaje político que en su momento -y todavía hasta el pasado mundial femenil donde Estados Unidos quedó descalificada ante Suecia- trajo consigo una afrenta de dimes y diretes entre la estrella deportiva y el expresidente Donald Trump, quien en varias ocasiones se refirió a la máxima femenil como “un grupo radical de maníacas izquierdistas” como coincidentemente lo hizo también en 2020 con Kamala Harris, la actual vicepresidenta de Estados Unidos.
El mensaje de Megan Rapinoe tuvo un gran alcance y es que la estadounidense también se pronunció abiertamente antirracista en eventos deportivos de talla mundial. En 2016 la selección femenil estadounidense se arrodilló ante los espectadores durante el himno de su nación simbólicamente para pedir perdón por el racismo y los abusos policíacos que detonaron el movimiento Black Lives Matter.
Megan Rapinoe, un legado de éxito y rebeldía
Dentro y fuera de la cancha de juego, Megan Rapinoe es conocida por su carácter nada dócil y su hambre de equidad. No sólo protagonizó los partidos clave para llevar a la selección femenil estadounidense como la mejor del mundo, también exigió a los organismos del deporte internacionales y de su país que tomarán acciones contundentes para aminorar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres deportistas.
El peculiar festejo de Megan Rapinoe después de anotar un gol o marcar una asistencia clave fue duramente criticado por sus detractores, ya que en diversas ocasiones la llamaron engreída y ególatra. Y es que incluso en esos detalles que parecieran inocentes existe una diferencia abismal pues mientras Megan celebraba extendiendo los brazos y levantando el mentón hacia el público, jugadores de la rama varonil lo han hecho con celebraciones sexistas que no cobraron ninguna relevancia como el festejo de la histórica mediocampista de Estados Unidos.
Ella se denomina a sí misma como una protesta andante ya que no sólo anotó los mejores goles para su selección, sino que siempre tomo posturas justas ante las desigualdades.
