El síndrome del corazón roto es real y puede afectar tu salud más de lo que imaginas

El impacto emocional intenso puede alterar el ritmo cardiaco y llevar al cuerpo a respuestas inesperadas que requieren atención

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El síndrome del corazón roto es real y puede afectar tu salud más de lo que imaginas

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El amor, la pérdida y las emociones intensas siempre han tenido un peso simbólico sobre el corazón, pero en los últimos años la medicina ha demostrado que ese vínculo es más literal de lo que parecía. El síndrome del corazón roto —también conocido como miocardiopatía por estrés— no es una metáfora romántica ni una exageración poética, es una condición real en la que una experiencia emocional devastadora desencadena reacciones fisiológicas capaces de comprometer seriamente la salud.

El detonante suele ser un evento repentino que desestabiliza de manera profunda: una ruptura amorosa, una decepción inesperada, un duelo, un accidente o incluso una discusión que eleva la tensión emocional al máximo. En ese momento, el cuerpo libera una oleada de hormonas del estrés que altera la forma en que el corazón se contrae. La persona siente dolor en el pecho, falta de aire y una fatiga repentina que se confunde con un infarto. La diferencia es que, en este caso, las arterias no están bloqueadas, pero el músculo cardiaco se debilita y pierde eficiencia temporalmente.

Aunque esta condición suele revertirse con tratamiento y descanso adecuado, no debe minimizarse. El impacto emocional no queda solo en la mente. El cuerpo reacciona como si hubiera sufrido un golpe interno ya que el ritmo cardiaco se altera, la presión arterial cambia y algunos pacientes presentan arritmias. El corazón, por unos días o semanas, queda más vulnerable. Por eso es fundamental tomar en serio los síntomas y no asumir que todo es sólo estrés.

Las mujeres a partir de los 40 años son las más propensas a experimentar este síndrome, aunque cualquier persona sometida a un pico emocional extremo podría desarrollarlo. No es cuestión de sensibilidad o carácter, sino de cómo el organismo enfrenta el impacto. Algunas personas tienen una respuesta más intensa a la adrenalina y eso basta para desestabilizar las funciones cardíacas por un lapso corto.

cómo curar un corazón roto

El síndrome del corazón roto tiene nombre: miocardiopatía por estrés

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Reconocer las señales es una forma de protección. El dolor torácico que aparece de forma abrupta, la respiración entrecortada, los mareos y la sensación de presión son indicadores que deben atenderse de inmediato. Buscar ayuda médica, incluso si los estudios iniciales no muestran un infarto tradicional, puede evitar complicaciones mayores. El síndrome del corazón roto no es permanente, pero sí requiere reposo, acompañamiento y un espacio emocional seguro para recuperarse.

También conviene prestar atención a lo que ocurre después del evento desencadenante. El cuerpo necesita tiempo para estabilizarse. Dormir mejor, reducir el consumo de estimulantes, permitirte pausas auténticas y pedir apoyo emocional son decisiones que favorecen la recuperación. Y aunque parezca contradictorio, hablar del dolor ayuda a que el corazón —literal y metafóricamente— vuelva a encontrar su ritmo.

Corazón roto

El síndrome del corazón roto no es permanente, pero sí requiere reposo, acompañamiento y un espacio emocional seguro para recuperarse

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El síndrome del corazón roto nos recuerda que el bienestar emocional no es un lujo ni una debilidad. Cuando la vida sacude con fuerza, el cuerpo siente el impacto. Por eso, aprender a cuidarnos en los momentos de fractura interna es tan importante como recuperarnos de cualquier otro problema de salud.

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