El guapo actor ocultó su rostro y aún así robó todas las miradas
Shia LaBeouf aprovechó el Festival de Cine de Berlín para seguir cultivando su faceta más anti medios de comunicación, al aparecer en la presentación de su última película, la controvertida ‘Nymphomaniac’ de Lars Von Trier, con el rostro en una bolsa de papel en la que aparecía escrito el mensaje: ‘Ya no soy famoso’, una crítica velada a los periodistas que cubren el famoso certamen de cine.
La estrafalaria aparición del intérprete en la alfombra roja fue consecuencia de la rueda de prensa anterior que ofreció todo el equipo de la película para explicar los entresijos de la producción, un encuentro con los reporteros en el que, además de mantenerse ajeno a la mayor parte de la conversación, solo intervino para arremeter contra los informadores por sus preguntas sobre las escenas de sexo explícitas que presenta el filme.
“Cuando las gaviotas deciden perseguir a las embarcaciones sin objetivo aparente, en realidad están esperando que les lancen sardinas con las que poder alimentarse”, fue la respuesta que ofreció a los periodistas antes de levantarse y abandonar la sala, dispuesto ya a utilizar su aparición posterior ante los fotógrafos para exigir más respeto a su intimidad.
La relación entre el excéntrico artista y los medios de comunicación no ha sido precisamente amistosa en los últimos meses, ya que los reporteros no han tenido más remedio que informar sobre los últimos escándalos que ha protagonizado, como la pelea que provocó en un pub de Londres tras una excesiva ingesta de alcohol, sus críticas al actor Jim Carrey en las redes sociales e incluso los desacuerdos que mantuvo con Harrison Ford durante el rodaje en 2008 de ‘Indiana Jones y la calavera de cristal’. A pesar de que interpretaban a padre e hijo en la citada película, el veterano actor no dudó en referirse a Shia poco después como un “maldito idiota” al revelar los problemas de comportamiento que había exhibido ante todo el equipo del filme.
El primer contratiempo del año que logró sacar de sus casillas al intérprete, y que podría explicar la errática conducta que ha seguido después, tiene que ver con las acusaciones de plagio que rodearon el estreno de su primer cortometraje como director, lo que le llevó a expresar su indignación en las redes sociales e incluso a retirarse de la “vida pública”. “Ante los numerosos ataques a mi integridad artística, he decidido que me voy a retirar de la vida pública. Mi amor está con los que me han apoyado durante todo este tiempo”, escribía en Twitter a principios del mes de enero, un mensaje que no parece corresponderse con su decisión de acudir a la Berlinale, aunque sea precisamente para dar guerra.
