La cantante y su futuro esposo, Taylor Kinney, compraron una casa en Pensilvania en la que podrían celebrar su unión
Lady Gaga y Taylor Kinney, compraron una mansión en 2013 por la que desembolsaron 390.000 dólares en la que ahora estarán planeando recluirse para alejarse de la atención mediática tras darse el ‘sí quiero’.
La pareja, que comenzó su relación en 2011, acude regularmente a la vivienda de tres habitaciones que se encuentra situada muy cerca del pueblo natal de Taylor, Lancaster, y a la que solo se puede acceder a través de una carretera secreta de una sola dirección, según informa el periódico Daily Mail.
Sin duda, esta residencia sería el lugar ideal para iniciar la luna de miel para Gaga y su prometido, quien le propuso matrimonio el pasado sábado en Manhattan con un anillo adornado con un diamante en forma de corazón.