La prenda que automáticamente te remonta a la opulencia en Francia del siglo XIV y XV, ha sido resignificada con el paso de las décadas. Actualmente, vemos una versión mucho más flexible pero igualmente adecuada a las necesidades y estilo de la mujer contemporánea.
El corsé en sus primeros siglos
En un inicio se utilizaba como ropa interior para moldear el torso, potenciar la silueta femenina, levantar el busto y reducir la cintura. Sin embargo, esto generaba rigidez y no permitía mucho movimiento pero esto no detendría su uso. Mujeres de distintas clases sociales lo adaptaron para facilitar sus actividades diarias.
A pesar de lo favorecedor que parecía para el cuerpo, las consecuencias empezaron a ser evidentes. La compresión inevitable de los órganos, la falta de aire y demás efectos secundarios crearon la percepción de que usar esta prenda involucraba tal incomodidad que hasta podía verse como tortura.
Aunado a esto, aquellos que estuvieran más elaborados o tuvieran un diseño mucho más detallado, se le relacionaba con la burguesía y era un símbolo de esta misma. De modo que años después, a inicios del siglo XVIII, la ropa ya no tenía un propósito de denotar estatus, sino uno mucho más apegado a la sencillez y la utilidad.
La vestimenta era mucho más suelta y sin estructuras tan rígidas, sino más fluidas y por consiguiente, mejor adaptadas a la cotidianidad de la mujer.
De María Antonieta a Beyoncé
Varias décadas después, personajes como Marilyn Monroe retomaron el uso de éste para enfatizar sus curvas pero sin un diseño tan restrictivo como el inicial. Asimismo, en la década de los noventa vimos una versión mucho más moderna gracias a la creación de Jean Paul Gaultier para Madonna. Con toques futuristas y clásicos, siendo un ejemplo de la evolución en la indumentaria.
Si bien el corsé implicaba distintas repercusiones en la mujer, continúa como una prenda cargada de historia. Para algunos ha simbolizado cierta clase o represión y para muchos otros es sinónimo de sensualidad y estética.
En la actualidad, no solo celebridades como Beyoncé, Billie Eilish o Lady Gaga han optado por usarlo, sino también muchas mujeres que buscan darle un toque distinto a su armario. Este regreso no es casual y por ello se ha reinventado. Una pieza tan icónica como lo es el corsé, se ha adaptado a la modernidad pero desde una perspectiva mucho más relajada para marcar variedad en cuanto a diseños desde los que provienen de alta costura hasta los que simplemente elevan un conjunto gracias a su toque distinto.
Se mantiene como un elemento versátil en la moda, mezclando el pasado y el presente, la tradición y la tendencia.