El día de San Valentín puede ser un pretexto perfecto para ser muy feliz, ya que al convivir con gente que quieres y con la que te diviertes, tu cerebro produce serotonina, el mismo químico relajante que se libera cuando comes chocolate oscuro. Si a esto le sumas que sonreír incrementa los niveles de endorfinas y de otros neurotransmisores de la felicidad, no hay una razón para no aprovechar el día. Sin importar si eres de las que disfruta el 14 de febrero o no, te gustará ponerte a pensar en las personas que te rodean y el valor que le aportan a tu vida, ¿hace cuánto no concretan ese cafecito tu mejor amiga y tú? ¡Agéndalo ahora mismo!
