La batalla entre la mujer y el síndrome del ovario poliquístico

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Ser parte del sexo femenino no siempre es color de rosa. Existen quienes creen que las mujeres la tenemos más fácil. Sin embargo no siempre se gana siendo mujer y el punto más débil para muchas de nosotras es el autoestima.

Existen enfermedades crónicas de las cuales tal vez nunca hayas escuchado. La mayoría de nosotras tenemos alguna idea de lo que es la diabetes, la hipertensión, entre otras. Estudiamos en la escuela lo que las ocasiona y tratamos de evitar contraerlas. Las mujeres normalmente nos cuidamos lo más que podemos pero existen enfermedades silenciosas que atacan por debajo del agua.

VER: Al 70% de los hombres les da pena hablar sobre la menstruación, aún después de 6 meses de relación

Recuerdo perfectamente la primera vez que noté que algo no estaba bien en mí. Estaba en la alberca con mis amigas y tenía entre 15 o 16 años lo que significa que ya menstruaba. Una de mis amigas se me quedó viendo debajo de la barbilla y con una cara de espanto me dijo, “Elsa tienes pelos como de hombre!” Me moría de la vergüenza. Me imaginaba que tal vez simplemente yo tenía más vellos que otras y era normal. Comencé a decolorarme los brazos para que se vieran güeros, la patilla también. Pasó el tiempo y comenzó a salir muchísimo acné en mi cara y en mi espalda. Mi papá al haber sufrido de lo mismo era obsesivo con el cuidado de mi cara y me llevó a más de un dermatólogo. Jamas había escuchado la palabra síndrome del ovario poliquístico o siquiera sabía lo que eran los quistes, hasta que una amiga mía me contó que la tenían que operar a causa de eso. Yo nunca tuve problemas en cuanto a mi menstruación entonces nunca me imaginé tener ese problema.

Un día mi papa me llevó con una dermatóloga en México y al entrar al consultorio lo primero que dijo fue “¿Te has revisado alguna vez para ver si tienes quistes?” a lo que su pregunta confirmó lo que ya sospechaba.

Sufro del síndrome del ovario poliquístico. Recordé haber googleado miles de veces razones por las cuales el vello me salía en lugares como la cara y el abdomen. Se me vinieron a la mente todas las respuestas sobre cómo la enfermedad te impide bajar de peso porque te vuelves resistente a la insulina... los síntomas me describían perfecto. Todo tenía sentido.

El síndrome del ovario poliquístico ocurre cuando los ovarios o las glándulas suprarrenales femeninas producen más hormonas masculinas de lo normal. Esto causa crecimiento de quistes (cavidades llenas de líquido) en los ovarios.

El síndrome del ovario poliquístico es una enfermedad que no se nota si no la tomas en cuenta. Entre menos le prestes atención, peor se vuelve. Los síntomas varían pero incluyen el sobrepeso, acné, vello excesivo, cambios repentinos de humor e irregularidad en la menstruación. No solo eso pero también batallas para dormir, es común sufrir depresión y la infertilidad puede verse presente.

Una de mis más grandes inseguridades es el vello que tengo en mi rostro a causa de esta enfermedad y el sobrepeso. Para una mujer es vergonzoso sentir que alguien se nos quede viendo muy de cerca y creamos ideas en nuestra cabeza que nos hacen creer todos viven criticándonos.. También era frustrante para mí por qué no lograba bajar de peso si seguía una dieta estricta. Cualquiera puede imaginar que no comes saludable o no le estas echando ganas, cuando la realidad es otra.

El síndrome del ovario poliquístico es mucho más común de lo que yo creía. Muchas de mis amigas resultaron padecerlo también y con el tiempo me di cuenta que son más las mujeres a mi alrededor que lo tienen a las que no. Enfermedades silenciosas como esta son peligrosas, mientras no te den un diagnóstico y un tratamiento, tus síntomas empeoran. Con el paso del tiempo, tu autoestima se deteriora y tus ganas para motivarte también. Antes de saber que tenía un problema me estresaba mucho el sentirme diferente a las demás. Me comparaba con la mayoría de las mujeres en mi vida y a mi alrededor y no entendía el porque yo sufría esos síntomas y ellas no. Ahora sé que al menos el 5 a 10% de las mujeres sufren de lo mismo aunque sus síntomas varíen.

La manera de combatir esta enfermedad crónica es principalmente recibiendo ayuda profesional y poniendo un orden en tus hábitos; cuidar tu alimentación, hacer ejercicio y tratar de evitar estresarte lo menos posible. Tu ginecólogo o endocrinólogo se convertirán en tus mejores amigos y con ellos comenzarás una relación de la cual no podrás divorciarte hasta mejorar. El tratamiento incluye pastillas anticonceptivas para regularizar la menstruación, un medicamento llamado metformina para prevenir la diabetes, estatinas para controlar los niveles elevados de colesterol, hormonas para aumentar la fertilidad y procedimientos para eliminar el exceso de vello. Sin embargo, tú también debes de poner de tu parte y tratar de mejorar tus estados de ánimo, cuidar lo que comes, y dormir las horas necesarias.

Es frustrante sentir que no bajas de peso por mas que tratas, aún más el sentir que no eres una mujer normal pero son alrededor de 200,000 mujeres al año los que están pasando por lo mismo. Trata de que el SOP no se apodere de ti, si no apodérate tú de él. Muchas veces nos dejamos vencer por nuestras emociones pero con un buen sistema de apoyo emocional, la ayuda de nuestros doctores y dando paso tras paso, el estrés y hasta el síndrome se irán.

Por: Elsa Cavazos

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Elsa Cavazos es reportera de crimen en el periódico Valley Morning Star en Harlingen, Texas. Es también blogger en millennialsandmimosas.com y escritora feminista freelance.

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