¡Sí existen! Descubre cuáles realmente valen la pena para dejar tu rutina de vez en cuando...
1. Ya no tienes tops deportivos limpios. Y pants. Y playeras. Y calcetines. Se necesita un gran esfuerzo para mover toda esa ropa del piso a la lavadora. Así que, ¡no hay gimnasio para ti!
2. Te encuentras a tu ex en el gym. Él no tiene que saber que ibas directo al gimnasio cuando se cruzó en tu camino. Desde que pisoteó tu alma, tu fe y básicamente arruinó tu vida. Es válido que se esfumen tus ganas de entrenar, así que mejor date la media vuelta.
3. Estás demasiado cansada. Hay estudios que han demostrado que el agotamiento te obliga a comer más (¡carbohidratos!). Lo que necesitas es un día entero en tu cama descansando, cuando recuperes toda esa energía puedes vestirte para ir al gym, mientras tanto NO lo hagas. No se puede discutir con la ciencia, así que lo único que tienes que hacer es dormir.
4. Resaca. La ciencia también dice que si no puedes ver bien, nadie puede verte, por lo tanto nadie se dará cuenta que faltaste a tu entrenamiento.
5. Se te hizo súper tarde. No hay nada peor que escuchar a una maestra de yoga sobre la energía que corre por tu cuerpo, cuando lo único que quieres hacer es tirarte en tu cama y descansar. ¡Evítate la pena!
6. Hay un hombre en tu cama. Nadie dijo que tienes que ir al gym para ejercitarte. ¿Sexo en la mañana o abdominales? La vida está llena de decisiones difíciles...
7. Tomaste un demasiado café. Ahora que estás súper llena de líquido, un entrenamiento sólo va a causar que tu estómago no la pase tan bien, y obviamente, tú tampoco.
8. Olvidaste tus audífonos. Sí, puedes hacer ejercicio sin ellos, pero tendrás que oír a esa chica súper molesta que está en la siguiente caminadora. ¿Quién puede correr tan cómodamente mientras habla por teléfono?
9. Bailaste tanto anoche que realmente te duele todo el cuerpo.
10. Desayunaste jugo verde y claras de huevo, comiste una ensalada y lograste no comer (ni una pizca) de chocolate en la tarde. ¡Lo hiciste! Si también haces ejercicio hoy, sería demasiado.
11. ¡Caminaste haaasta el gym! Sin voltear hacia atrás, y regresaste a tu casa porque cuenta como ejercicio. ¡Acabaste!
12. Lluvia. ¿Hay algo más miserable que unos tenis empapados? En serio, mejor no corras.
13. Te inscribiste a una clase fitness súper pesada que es mañana. No vas a valorar tu dinero si consigues que todo el dolor de tu cuerpo lo cause el ejercicio que hagas hoy.
14. Tienes muuuucho trabajo que hacer. Es una razón súper válida, mejor adelantas todo lo que tienes que hacer para que al siguiente día puedas ir al gym.
15. No tienes ganas de hacer ejercicio. La vida es corta. ¿Quieres salir por unos drinks esta noche? ¡Hazlo! Esa será tu mayor motivación para que al próximo día no dejes de ir al gym.