Es normal que en algún punto de tu vida, tu estilista, amiga o conocida te haya recomendado usar una mascarilla para el pelo. Ya sea que quieras una melena sedosa o que te empiece a crecer más el pelo, las mascarillas son grandes aliadas, si las sabes aplicar. Por absurdo que parezca, muchas veces las usamos de manera incorrecta, lo que afecta los beneficios que podamos percibir.
Es por eso que aquí te contamos qué hacer y qué no al momento de aplicar tu mascarilla de pelo para que realmente notes resultados:
Lo que sí va:
Escoge la mascarilla según tu tipo de pelo
Por obvio que parezca, todas las mascarillas funcionan igual, entonces, por más que las uses, si no son las adecuadas para lo que estás buscando, es difícil que veas resultados.
No la apliques recién salida de la regadera
Lo ideal es ponerlas antes de bañarte, pero si prefieres hacerlo después, tienes que quitar el exceso de agua. Ya que si el cabello está muy mojado, la mascarilla se diluye y no penetra como debería.
Solo de medios a puntas
Al igual que el acondicionador, la raíz del pelo no necesita el uso de mascarillas (al menos que sea un cuero cabelludo seco). Lo ideal es que te enfoques en las partes más dañadas, que son medios y puntas.
Desenreda antes o después de usarla
Para que la mascarilla funcione de la mejor manera, siempre es recomendable desenredar tu pelo (dependiendo de tu tipo), ya sea antes o después de aplicarla. Solo ten cuidado con el pelo mojado, ya que es más frágil y se rompe fácil.
Dale tiempo para que trabaje
Siempre sigue el tiempo indicado en el envase (al menos que empieces a presentar alguna incomodidad como ardor o comezón), ya que cada mascarilla es diferente; como unas pueden accionar en 3-5 minutos, hay otras que necesitan hasta 20. También es importante tener en claro que no por dejarla más tiempo hará un mayor efecto; muchas veces esto puede llegar a ser hasta contraproducente.
Lo que no va:
No la uses como sustituto de tu acondicionador
Aunque pueden ser similares, una mascarilla usualmente tiene los ingredientes de manera más concentrada. Por lo que no es recomendable que se use en cada lavado; es mejor recurrir a ellas de 1 a 2 veces por semana, dependiendo de tu necesidad.
No la enjuagues con agua caliente
El agua caliente puede resecar el pelo y abrir demasiado la cutícula, haciendo que los beneficios de la mascarilla se pierdan. Lo ideal es enjuagar con agua tibia o fría para sellar el tratamiento.
Menos es más
Entre más producto uses, no significa que tendrás mayores resultados. Muchas veces, una pequeña dosis del tamaño de una moneda puede ser suficiente. Lo importante es distribuir bien.
Usar mascarillas para el pelo puede ser muy sencillo, siempre y cuando prestes atención a esos pequeños detalles que pueden hacer la diferencia entre un pelo de ensueño y uno que, por más que lo intentes, no ves resultados.