¿Sabías que la trama de ‘Nadie quiere esto’ está basada en hecho reales?
¿Cómo podría prosperar el romance entre un rabino y una presentadora de pódcast cuyos estilos de vida son completamente diferentes? Adam Brody y Kristen Bell interpretan a Noah y Joanne, respectivamente, en esta comedia romántica de Netflix que cuenta con 10 capítulos de 30 minutos y que se ha posicionado como uno de los contenidos más vistos de la plataforma actualmente. El final abierto de Nadie quiere esto deja la posibilidad de que haya una segunda temporada, pero ¿qué se sabe al respecto?
“Sólo quiero continuar donde lo dejamos. Nos tomamos la temporada 1 muy lentamente en su relación. No avanzamos demasiado rápido y creo que funcionó muy bien, por lo que quiero poder continuar con eso en una posible segunda temporada y no avanzar demasiado rápido”, reveló la creadora de la serie, Erin Foster.
La historia real que inspiró la serie ‘Nadie quiere esto’ de Netflix
La trama de Nadie quiere esto está inspirada en la historia real de Erin Foster, la creadora de la serie, y su esposo, Simon Tikhman, quien es hijo de inmigrantes judíos-rusos y un ejecutivo de la industria musical. La escritora, intérprete y emprendedora estadounidense tenía en mente que esta serie fuera un recuerdo de su matrimonio. Fue a través del podcast ‘The World’s First Podcast’ que Foster dijo que quería que el protagonista de la serie fuera “emocionalmente disponible, caballeroso, a la antigua… pero también muy divertido y seguro de sí mismo”.
Sin embargo, en la vida real Erin y Simon no tuvieron tantos obstáculos con respecto a sus familias y amigos, a diferencia de Joanne y Noah, además de que Foster se convirtió al judaísmo antes de casarse con Tikhman.
Erin reveló que algunas escenas de la serie efectivamente sucedieron en la vida real, como en el capítulo 6, cuando Noah conoce a los padres de Joanne y llega vestido con ropa de gimnasio y un ramo de girasoles.
“Las flores eran tan largas, y seguían cayéndose. Estando ahí, pensé: ‘Bueno, si alguien se esfuerza tanto, se siente como una debilidad’”, expresó.