Las 9 leyes de la pérdida de peso

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Hemos quitado las capas de la moda para revelar los conceptos centrales y la sorprendente ciencia detrás de lo que realmente funciona para perder peso. Sigue estas nueve leyes para llegar a ese número perfecto en la báscula… y quedarte delgada de por vida.

1/ Los carbohidratos no importan. Las calorías sí

Atkins, South Beach, y otros planes bajos en calorías nos han permitido sentir la emoción de poder volver a ponernos nuestros jeans de talla chica. Pero esas dietas funcionaron por una sencilla razón: comíamos menos. Toda dieta requiere que comas menos calorías que las que necesita tu cuerpo (para mantener tu peso actual). Cuando dejas los carbohidratos, abandonas el pan, el arroz, las pastas y los postres (cosas básicas que representan muchas calorías para la mayoría de nosotras).

Haz que funcione para ti: Establece un límite diario de calorías.

2/ Dieta acelerada

La razón para no dejar de comer no es sólo que te dará tanta hambre que arrasarás con el refrigerador en mitad de la noche. Tu cuerpo piensa que te estás muriendo de hambre si pierdes mucho y muy pronto. Así que en lugar de quemar calorías, las conserva en forma de grasa.

Haz que funcione para ti: Busca llegar a mucho, pero tómate tu tiempo.

3/ Enfócate en comida sobre ejercicio

Está comprobado que hacer ejercicio es esencial para estar en forma y sentirte bien, pero recuerda que no es el camino rápido ni único para perder grasa como te han hecho creer .Recuerda que por cada 30 minutos de ejercicio aeróbico que haces, quemas únicamente 180 calorías. Eso no te da la libertad de comer lo que quieras. Aunque no lo creas, puedes eliminar toda una sesión de ejercicio con una barra de granola o con los trozos de pan con mantequilla con los que empiezas la cena en un restaurante.

Haz que funcione para ti: Un poco cada día. Sí, comer menos es más fácil que intentar correr para quemar las calorías extra.

4/ Súbele al volumen

Puede no ser glamorosa, pero la fibra es la mejor amiga de una persona a dieta. Los alimentos ricos en agua y fibra llenan más, pero tienen menos calorías. Una taza de fresas o de moras, por ejemplo, tiene alrededor del mismo número de calorías que una pequeña galleta de chocolate pero satisface mucho más.

Haz que funcione para ti: Llénate de sopa y granos. Siéntete más satisfecha con menos calorías al empezar tus comidas con un plato grande de consomé, sopa de verduras o una ensalada grande (llena de vegetales crudos y cocidos, pero sin aderezos grasosos).

5/ Lo mejor es ser constante

Más o menos se usa el 10 por ciento de las calorías que comes como combustible para la digestión. Debido a eso, comer más a veces parece ser una forme genial para mantener a tu metabolismo trabajando fuerte (por lo que muchos expertos en nutrición nos han taladrado la cabeza diciéndonos que hagamos seis comidas pequeñas al día en lugar de tres grandes). Si comes seis veces al día mientras tratas de ingerir, digamos, 1,100 calorías, las comidas del tamaño de una uva no te dejarán satisfecha necesariamente. Y no funciona para todas. Entre más hambre tienes, más oportunidades encuentras para comer a deshoras.

Haz que funcione para ti: Estandariza tus hábitos de alimentación. Sin importar cuántas veces comas, hazlo de la misma manera cada día.

6/ Simplemente come

Nada más ve la cantidad de comidas (incluyendo papas e incluso sopa) empacada en contenedores que caben perfectamente en los espacios para vasos del coche. Este puede ser un consejo difícil de seguir pero: cuando sea que comas, eso debería de ser lo único que haces. Comemos demasiado cuando no nos concentramos en nuestra comida.

Haz que funcione para ti: Come lentamente y dale a tu cuerpo tiempo para digerir.

7/ Una porción es más pequeña de lo que piensas

Acepta que la cantidad de comida que te suelen servir en un restaurante es enorme. Si comes sólo el 75 por ciento de lo que tienes frente a ti, aún así es probable que sea mucho. Y aún peor, entre más hay, más comemos (incluso cuando la comida no se vea atractiva).

Haz que funcione para ti: Haz juegos mentales. Sirve en platos pequeños, así tendrás la satisfacción de limpiar tu plato.

8/ Practica la sustitución estratégica

Este es un caso extraño en el que tener sobrepeso y ser floja te pueden servir. Un estudio del 2003 publicado en el International Journal of Obesity demostró que la gente que regularmente tomaba suplementos alimenticios perdió casi el doble de peso que aquellos que estaban en una dieta baja en calorías y la seguían por el doble de tiempo.

Haz que funcione para ti: Sustituye inteligentemente. La idea no es comer suplementos siete días a la semana. Considéralo un cambio: para el desayuno, cuando tienes prisa de llegar a la junta y tienes un historial con las donas para llevar. O antes de esa fiesta, en la que los nachos son más importantes que los invitados y siempre te sientes tentada a darte un gusto.

Haz que funcione para ti: Sustituye inteligentemente. La idea no es comer suplementos siete días a la semana. Considéralo un cambio: para el desayuno, cuando tienes prisa de llegar a la junta y tienes un historial con las donas para llevar.

9/ Haz dieta de por vida

Tu trabajo no se acabacuando llegas a tu peso ideal, sino que ahí inicia tu verdadero trabajo. Las estadísticas muestran la misma historia. Ochenta por ciento de la gente que pierde peso lo recupera lentamente una vez que “acaban” la dieta. El ejercicio es la llave para evitar que regresen los kilos. Cuando pesas menos, tu cuerpo no tiene que trabajar tanto para moverse.

Haz que funcione para ti: Pedalea primero, levanta después. Dale a la máquina elíptica, pedalea tu bicicleta o salta la cuerda (lo que sea que incremente tu ritmo cardiaco).

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