Cuando te enojas el corazón, el estómago y el cerebro sufren las consecuencias, aprende a controlarlo y practica técnicas de relajación para disminuir su impacto
Aunque sentir ira o enojo en el día a día es muy común, debes estar consciente de que esta emoción primaria tiene graves consecuencias a nivel físico, ya que órganos como el corazón, el estómago y el cerebro son los principales afectados.
De acuerdo con el Journal of the American Heart Association, los episodios de enojo aumentan la posibilidad de sufrir un ataque al corazón ya que el flujo sanguíneo resulta afectado debido a que los vasos sanguíneos no se dilatan adecuadamente por lo que a largo plazo, las arterías sufren un desgaste atípico que puede derivar en un ataque fulminante al segundo órgano más importante del cuerpo: el corazón.
Por su parte, el sistema digestivo también sufre las consecuencias cuando te enojas ya que se generan proteínas y hormonas que aumentan la inflamación estomacal que deriva en enfermedades como la colitis y la gastritis.
El cerebro también resulta directamente afectado por el enojo ya que durante estos episodios genera hormonas asociadas al estrés como el cortisol, estas corren rápidamente por el torrente sanguíneo y además de evitar el descanso placentero durante las horas de sueño provocan daños en las células nerviosas en la corteza prefrontal y el hipocampo.
Una de las tantas consecuencias de este mecanismo natural de protección ante el enojo es la frecuente incapacidad de tomar decisiones, prestar atención y la función ejecutiva se ve comprometida al grado de afectar la memoria a corto plazo, por último, el hipocampo puede perder la capacidad de aprender y retener información con agilidad.