Sentir dolor en la zona íntima sin una razón aparente no es algo que deba normalizarse. Si estas molestias no desaparecen y llegan a afectar tu día a día o tu vida sexual, es importante prestarle atención. Podrías tener una condición llamada vulvodinia, algo de lo que no se habla lo suficiente, pero afecta a muchas mujeres.
Como tal, la vulvodinia es el dolor crónico en la vulva. No se trata de una infección ni de una herida visible. Es un dolor que puede sentirse como ardor, punzadas o una molestia constante. Algunas mujeres lo describen como una sensación de cortadura o irritación intensa.
Este dolor puede ser generalizado o concentrarse en un área en específica, como la entrada de la vagina, y puede estar presente todo el tiempo o aparecer solo en ciertos momentos, como al tener relaciones sexuales, al usar tampones o incluso al sentarse.
Muchas mujeres con esta condición tienden a sentir dolor durante el sexo. Esto puede hacer que la intimidad se vuelva muy incómoda, por lo que tienden a evítalo por miedo a sentir dolor. Este rechazo puede causar estragos también en la conexión emocional con la pareja y la autoestima.
La buena noticia es que la vulvodinia tiene tratamiento. Aunque no hay una única solución, existen diferentes enfoques que pueden ayudarte a recuperar el bienestar. Entre ellos, la fisioterapia del suelo pélvico es una de las más recomendadas, ya que trabaja directamente con los músculos que pueden estar tensos o inflamados.
También hay medicamentos, como ciertos antidepresivos o anticonvulsivos en dosis bajas, que pueden reducir la sensibilidad nerviosa. En otros casos, los anestésicos tópicos y la terapia cognitivo-conductual ayudan a aliviar el dolor y a manejar el impacto emocional que esta condición puede generar.