Explorar nuevas formas de placer es parte natural de una vida sexual activa. Por lo que tener curiosidad por el sexo anal es algo muy común, pero si esa intriga llega de la mano con la pregunta de qué pasa en tu cuerpo después del sexo anal, aquí te explicamos un poco de lo que sucede.
Lo primero que debes saber es que es completamente normal sentir cierta sensibilidad en la zona anal después del sexo. La piel y los músculos que rodean el ano no están diseñados para la penetración de forma natural, así que es posible experimentar inflamación leve o una sensación de presión que desaparece con el paso de las horas.
En algunos casos, pueden haber pequeños desgarros en el tejido anal, especialmente si no se usó lubricante o si hubo movimientos bruscos. Esto no significa que algo haya salido mal, pero sí es una señal de que el cuerpo necesita un descanso. También puede aparecer un leve sangrado. Si es escaso y se detiene pronto, no suele ser preocupante. Pero si el sangrado persiste o es abundante, es importante ir a una consulta médica.
Más allá de estas respuestas inmediatas, muchas mujeres se preguntan si hay efectos a largo plazo por practicar sexo anal con regularidad. La verdad es que, cuando se hace con cuidado, no debería causar problemas permanentes.
Sin embargo, en algunos casos, y sobre todo si hay prácticas repetitivas, agresivas o sin preparación adecuada, puede haber un ligero riesgo de incontinencia o de agravar hemorroides preexistentes. Por eso, escuchar a tu cuerpo y tomar pausas cuando lo necesites es parte del autocuidado sexual.
Después del encuentro, lo ideal es mantener una higiene suave: agua tibia, jabón neutro y nada de tallar. Descansar también ayuda a que el cuerpo se recupere sin molestias. Si algo te duele más de lo esperado o sientes que algo no está bien, no lo ignores, buscar apoyo médico.