Basta de prejuicios, hablemos de los mitos sobre el VIH y el SIDA en este Día Internacional Día Mundial de la Lucha contra el Sida
Durante muchos años, los prejuicios sobre la infección del Sida y el VIH no nos permitían abordar el tema de manera sana para combatir su infección a través de la prevención, el cuidado y la vida sexual activa con responsabilidad, sin embargo, este no es el único medio de transmisión, aunque sí parece ser el más frecuente.
En 2022, ONU Sida reportó que cerca de 45 millones de personas viven con SIDA en el mundo, a pesar de que su pico más alto fue en 1995 cuando el virus aún era mortal porque no existían estudios suficientes para combatir y prevenir su transmisión, hoy por ser el día mundial de la lucha contra el SIDA queremos hablarte de los mitos y realidades a cerca de este virus.
Mitos y realidades sobre el SIDA y el VIH
Para disminuir las cifras de adquisición y transmisión del SIDA y el VIH es necesario contar con la información suficiente a cerca de este padecimiento.
SIDA y VIH son lo mismo
El mito más recurrente sobre el VIH y el SIDA es que ambas cosas son lo mismo. Falso. Aunque están ampliamente relacionados no son lo mismo, ni son sinónimos.
El VIH (Virus de inmunodeficiencia humana) es el responsable de atacar a los linfocitos T del cuerpo humano y en consecuencia debilitar las defensas del sistema inmunológico.
Por su parte, el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es la infección provocada por el virus, en esta etapa de la infección la vida de corre peligro por el estado de indefensión ante otros virus y bacterias.
Basta con tener contacto físico para contagiarse de VIH o SIDA
Además de ser completamente falso, este mito ha derivado en escenarios de discriminación para quienes han adquirido el virus, mismo que sólo se transmite a través de fluidos como la sangre, el semen, fluidos vaginales y la leche materna. Ni la saliva, ni el sudor son medios de contagio.
Es un virus que ataca exclusivamente a los miembros de la comunidad LGBTTTIQA+
Este mito también ha ocasionado que se estigmatice y discrimine a las sexualidades disidentes ya que está demostrado que todas las personas pueden contraer el virus sin importar la orientación sexual, la identidad de género o su expresión. Todas aquellas personas que tengan vida sexual activa son potencialmente contagiables, además de que el uso compartido de agujas y jeringas también es un medio de transmisión.
El SIDA y el VIH pueden detectarse a través de la apariencia física
No existe evidencia científica que demuestre que basta con mirar cambios en la apariencia de una persona para determinar que tiene (o no) SIDA o VIH. De hecho, los avances científicos son tantos que con el tratamiento adecuado no hay ninguna repercusión física visible que nos dé pie a lanzar juicios sin fundamento.
Es una buena oportunidad para recordar que nadie debe opinar sobre la apariencia física de otras personas.
El VIH no se transmite por el sexo oral
Falso. Al involucrar fluidos corporales, particularmente genitales (porque la saliva no es un medio de contagio) el sexo oral no previene ni detiene los contagios, de hecho, un gran porcentaje de pacientes adquirieron el virus por este medio ya que en la boca puede haber lesiones que transportan al virus al torrente sanguíneo.
Las madres infectadas inevitablemente infectarán a su bebé
Gracias a la ciencia y los retrovirales, existen tratamientos adecuados para evitar las infecciones de madre a hijos o hijas, basta con hacer detección oportuna y no interrumpir el tratamiento.
Ser portador de VIH es una sentencia de muerte
Como ya te hemos adelantado, las investigaciones y los avances científicos ya permiten contrarrestar la presencia del síndrome. Los antirretrovirales -como los PreP y los TAR- te garantizan poder vivir con normalidad, siempre y cuando no suspendas su toma.
Aunque ya hay más esperanzas de vida -y además vida de calidad-, es imprescindible que la prevención y la responsabilidad sean parte de nuestra vida sexual. Recuerda que siempre es importante tener hábitos de cuidado personal para potencializar los efectos de los tratamientos, hacer ejercicio y tener dietas balanceadas te ayudarán a vivir mejor.