Algunas costumbres pueden tener grandes efectos en tu cintura, ¡descubre cuáles son!
1. Consumir demasiados productos light
Muchos nutriólogos aconsejan que una de las mejores maneras de perder peso es comer porciones pequeñas a lo largo del día. Esto acelera el metabolismo. Procura comer más aguacate y aceite de oliva, que son ricos en grasas monosaturadas; las grasas que contienen son buenas para el corazón y te pueden ayudar a reducir tu cintura. Los productos light, muchas veces incluyen azúcares añadidos y sal, para compensar la falta de sabor. La solución: come pequeñas colaciones a lo largo del día y verifica el contenido de grasa de la comida que consumas, además, evita los productos que estén demasiado procesados.
2. Falta de sueño
Como ya lo hemos dicho varias veces, cuando no descansas lo suficiente, el cortisol (la hormona del estrés) aumenta. El cortisol, hará que tengas más antojos dulces, lo que significa que probablemente acabarás comiendo calorías vacías. Dormir bien y suficiente, te ayudará a controlar la grasa abdominal y aumentará tus niveles de leptina, la hormona responsable de controlar el apetito. Para solucionarlo, duerme de 7 a 9 horas diarias todos los días.
3. No comer suficiente proteína
Si quieres controlar tus niveles de azúcar en sangre y reducir tus niveles de insulina, come más proteína, además, consumirla acelera el metabolismo. Te ayudará a controlar tu apetito y por lo tanto, no comerás demasiado. La proteína te mantendrá con una sensación de saciedad durante más tiempo, entonces, no tendrás antojitos tan seguido. La proteína te hace adelgazar naturalmente. Come alrededor de 20 a 25 gramos de proteína en cada comida del día, si haces ejercicio aumenta el consumo. Pero recuerda, tampoco abuses.
4. Tomar refresco
Muchos estudios han demostrado que las personas que toman aunque sea un refresco diario ganan peso más rápidamente que aquellas que beben sólo una a la semana. Beber refresco light tampoco te hará ningún favor, ya que las sustancias que los endulzantes artificiales que coentienen estos productos, detonan antojos por comidas azucaradas, así que acabarás comiendo más comida chatarra. Prueba cambiar el refresco por un smoothie o un vaso de jugo recién exprimido.
5. Cenar muy tarde
Cuando dormimos, nuestros cuerpos tienden a apagar muchos de los sistemas biológicos para descansar, uno de ellos es el sistema digestivo. Cuando comes muy tarde, tu cuerpo no utilizará esas calorías que acabas de consumir. Además, recostarte con el estómago lleno puede provocarte indigestión y reflujo gástrico. Entonces, deja de comer 3 horas antes de irte a la cama, si te despiertas hambrienta a la mitad de la noche, intenta comer una fruta en lugar de unas papas o el pedazo de pastel que sobró de la comida de hace días.
6. Hambre emocional
Algunas personas tienden a vaciar su enojo, tristeza o frustración a través de la comida. Comer helado de chocolate en frente de la televisión cuando tu vida amorosa está en crisis lo único que provocará será un gran estómago de Santa Claus. Aunque te haga sentir bien por un corto periodo de tiempo, después te arrepentirás de todo lo que comiste debido a la frustración, enojo, dolor o aburrición. La próxima vez que sientas esa voracidad despertada por tu estado de ánimo, llama a una amiga o sal a caminar, haz lo que sea menos, comer porque sólo porque sí.
7. Consumir comidas fritas
Sí, saben delicioso, pero no te ayudarán nunca a bajar esa pancita. La comida rápida, en especial aquella que viene frita o rebosada, no tiene casi ningún contenido nutricional ni fibra. La comida frita está repleta de grasas trans, que pueden tapar las arterias y se acumularán en el área de tu estómago. La solución: si tienes que comer en un fast food, opta por una ensalada con poco aderezo y agua de limón. Te sentirás mejor después de comer algo saludable.
