¿Acumulas demasiadas cosas? ¡Basta! Es momento de liberarte

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¿Puedes amar demasiado tus posesiones materiales? Por supuesto. Sigue estos consejos para deshacerte del poder emocional que tus objetos ejercen sobre ti.

Paso 1: reconoce el problema

La acumulación de objetos no se da de la noche a la mañana.

Nos toma por sorpresa, como los kilitos que subimos durante las fiestas y la deuda en las tarjetas de crédito.

La acumulación podría ser consecuencia de la desidia: en lugar de lidiar con las cosas en ese momento, las hacemos a un lado y las guardamos para después. Muchos de nosotros nos aferramos a las cosas porque nos imaginamos que las usaremos en un futuro, una vez que las reparemos o volvamos a necesitarlas.

Paso 2: reacomoda tu perspectiva

Estos consejos te ayudarán a tomar el control sobre la relación con tus objetos. Enfócate en adquirir experiencias, no cosas.

Gastar dinero en actividades ?como unas vacaciones o una cena con tus amigas? y no en bienes materiales hace que las personas sean más felices a la larga. Imagina que estás invirtiendo en un banco de la felicidad, obtienes el placer inicial de hacer algo que disfrutas, y luego vuelves a experimentar esos momentos de gozo a través del recuerdo. Los objetos, por el contrario, tienden a perder su atractivo a lo largo del tiempo porque terminan por aburrirnos.

Paso 3: define qué tienes que dar de baja

A menos que vivas en un monasterio, lo más probable es que tengas unas cuantas posesiones de las cuales podrías deshacerte. Te ayudamos a decidir de qué puedes prescindir: ¿Lo usas a menudo o tienes algo mejor que sirve para lo mismo? Puede que sea un suéter decente, pero si ya no lo usas, dile adiós. Excepción: ¿lo necesitas para una situación en particular? Algunos objetos, como la lencería o la cazuela para preparar langosta, no son para su uso diario, pero sí tienen su momento y su lugar. ¿Tiene valor sentimental? Los objetos que inducen a los recuerdos pueden salir librados, siempre y cuando los recuerdos sean buenos y las cosas quepan en dos cajas. ¿El par de zapatos que usabas de bebé o el álbum de tu boda? Claro que debes guardarlos. ¿Todos y cada uno de los boletos de avión que has usado? Por favor, tíralos.

Paso 4: limpia el desastre

¿Estás lista para atacar? Prueba estos trucos. Cada objeto que tocas debe ser puesto en el lugar que le corresponde, o ser eliminado (re - ciclado, donado, regresado o arrojado a la basura). No trates de decidir después. Uno que entra, otro que sale. En términos simples, por cada artículo que compres (un nuevo par de zapatos, digamos), deshazte de un artículo correspondiente (el calzado de plataforma de la temporada pasada).

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