Tener un manicure lindo es algo que muchas disfrutamos, en especial cuando está recién hecho; el problema es cuando empezamos a notar que nuestras uñas no lucen como deberían o, incluso sin decorarlas, se ven opacas y están quebradizas.
En ese punto es cuando nos empezamos a preguntar qué está pasando y qué podemos hacer al respecto. Muchas veces el daño viene de hábitos cotidianos que, sin darnos cuenta, se convierten en el peor enemigo de nuestras uñas. Aquí te dejamos algunos de los hábitos más comunes y qué puedes hacer al respecto:
6 hábitos que dañan tus uñas
Usar quitaesmalte con acetona muy seguido
Aunque son increíbles para quitar el esmalte, no dejan de ser químicos muy potentes; el exponer a tu uña a esto de manera constante la puede debilitar. Lo ideal sería usar versiones sin acetona o reducir la frecuencia con la que lo usas.
Usar tus uñas como navaja suiza
¿Quién no ha usado sus uñas para salir de apuros, como abrir una lata o quitar uno que otro sticker de nuestra laptop? Por gran idea que parezca, a la larga esto puede causar daños que poco a poco debiliten nuestras uñas. En estos casos, sería buena idea tener una navaja suiza o apoyarse en otros objetos para que tus uñas no se vean afectadas.
Mucha exposición al agua o detergentes
A veces, por las prisas o comodidad, lavar trastes sin guantes se ha hecho costumbre para muchas. Realmente, no llega a ser un problema si lo haces de manera esporádica, pero si seguido tienes que lavar grandes cantidades de utensilios, lo recomendable es hacerlo con guantes. Ya que al entrar en contacto tan seguido con agua caliente y con los químicos en el jabón, puedes resecar y debilitar tus uñas.
Morderte las uñas o arrancarte la cutícula
Esto seguro es algo que ya has escuchado mil veces si eres una persona con ansiedad y tienes el hábito de morderte las uñas o arrancarte los pellejitos alrededor de la uña. Dejando de lado la parte estética del asunto, el hacer esto de manera constante puede exponerte a infecciones y hacer que tu uña crezca de manera irregular. Algo que ha ayudado a muchas personas son los esmaltes con ajo o encontrar pequeños ejercicios y momentos que te ayuden a controlar el estrés y la ansiedad.
No dejar a tus uñas descansar
Hay quienes aman hacerse el manicure cuantas veces les sea posible; aunque hace que las uñas se vean muy lindas, el exponerlas tan seguido a estos tratamientos que pueden llegar a ser agresivos hace que la uña se debilite y empiece a depender mucho de siempre tener gelish o algún producto endurecedor. Por lo que lo ideal es dejar a tus manos descansar un par de semanas antes de regresar con tu manicurista.
Arrancar el gelish
Siendo honestas, arrancar de vez en cuando el gelish o gel de uñas puede ser un guilty pleasure, pero desafortunadamente, a la larga es más dañino de lo que nos gustaría admitir. Entonces es momento de dejar ir ese micromomento de satisfacción y siempre recurrir a profesionales o remojar de manera correcta este tipo de esmaltes para evitar daños.
Al final del día, tampoco se trata de obsesionarnos con el cuidado de las uñas y llevarlo a extremos, pero sí de hacer pequeños cambios que a la larga pueden traer muchos beneficios. Cosas tan pequeñas como humectar de manera correcta nuestra mano pueden hacer una gran diferencia. En caso de que empieces a notar cambios en color, textura o crecimiento, no dudes en ir con un especialista para descartar cualquier problema de salud.
