Por más que lo intentas, ¿no tienes propseridad económica? Te decimos qué estás haciendo mal y por qué el dinero no llega a tu vida
Si uno de tus propósitos este año es generar mayores ingresos y tener abundancia económica, entonces debes prestar atención a ciertos hábitos y prácticas que estás llevando a cabo y que impiden que el dinero en tu vida fluya de forma próspera. Te decimos de cuáles se trata...
6 Razones por las que el dinero no llega a tu vida
- Estás negada a recibir
Actitudes de miedo o escasez contribuyen a la falta de dinero, pues sin que te des cuenta comienzas a bloquear la energía relacionada con la abundancia y la prosperidad. Vive en el presente y no vivas inmersa en la angustia que te genera el futuro, de esta forma abrirás tu mente a la expansión y riqueza y permitirás que el dinero llegue a tu vida.
- Te quejas constantemente
Aunque no lo creas, el universo te escucha y es receptivo a tus vibraciones. Por eso, cuando te quejas de tu sueldo, de tu trabajo y de tu jefe, generas la energía contraria a la que quieres atraer, que en este caso es la del dinero. Sé agradecida y recuerda que la queja no resuelve nada.
- Te duele soltar el dinero
Cada vez que tienes que hacer un pago sientes angustia, frustración y negación. Debes aprender a soltar el dinero para que tenga una correcta circulación en tu vida. Cuando compres o pagues algo, hazlo con gozo y gusto, verás cómo eventualmente te regresará multiplicado.
- No tienes una correcta administración
No ahorras ni llevas un buen control de tu dinero. Te enfocas únicamente en pagar las cosas básicas, mas no en generar más ingresos.
- Evitas hablar de dinero
El tema te estresa y prefieres no hablar sobre ello, y sin darte cuenta, terminas rechazando el dinero y poniéndolo como una limitante. Comienza a sentirte cómoda al abordar el tema y verás cómo tu economía empezar´a verse beneficiada.
- No eres consciente de tus dones y talentos
¿Aún no te animas a emprender? Esta es una de las fuentes de ingresos más seguras que tienes, lo único que necesitas es conocer tus habilidades y dones. ¿Sabes pintar? Vende cuadros. ¿Sabes cocinar? Vende comida. ¿Eres diseñadora de moda? Comienza a crear tu propia colección de ropa. ¡Manos a la obra!