No tenemos nada en contra de las nueces, pero no son el único alimento crujiente y repleto de beneficios. Las grasas sanas que contienen las semillas como: la linaza, calabaza, chía, hachís, amapola entre otras, pueden hacerse rancias a consecuencia del calor y, entonces, deteriorarse con el paso del tiempo. Para mantenerlas frescas, guárdalas en un contenedor hermético y mételas al congelador. Huélelas antes de utilizarlas: si tienen un aroma a moho o simplemente extraño, incluso si no ha llegado a su fecha de caducidad, tíralas. Ahora que ya sabes como darles una vida más larga, sírvelas sin limitaciones.