Qué pasa con la grasa cuando perdemos peso
Estamos en una época en la que todo mundo vive obsesionado con la pérdida de peso, por lo que recurrir a dietas y a mil detox es súper normal, pero hay una pregunta que pocas veces nos hacemos, y nos da curiosidad? ¿A dónde se va el peso que perdemos?
Nos dimos cuenta que no solo nosotros tenemos esa duda, pues en una encuesta realizada por los especialistas Ruben Meerman y Andrew Brown de la University of New South Wales, en la que participaron 150 médicos, dietistas y entrenadores personales, solo el 2% dieron la respuesta correcta, y de verdad no es que la grasa se convierte en energía como solemos pensar.
Algunos encuestados dijeron que la grasa se transforma en músculos, mientras que otros asumieron que se escapa a través del colon, pero nada eso, pues el proceso es totalmente distinto.
La respuesta real es la siguiente; la grasa se convierte en dióxido de carbono y agua, sí, la exhalamos y se mezcla con la circulación hasta que la desechamos en forma de sudor u orina, de acuerdo a los especialistas. Así, cuando perdemos por ejemplo 10 kg, de ese total 8.4 kg salen por lo pulmones y el 1.6 restante se convierten en agua.
Lo anterior es totalmente sorprendente pues al parecer todo lo que comemos sale por nuestros pulmones y lo mismo sucede con el alcohol.Mientras que las proteínas comparten el mismo destino, a excepción de la pequeña parte que se convierte en urea y otros sólidos, que se desechan en forma de orina.
Entonces, ¿inhalar y exhalar nos hará perder peso? Lamentablemente no, pues respirar más de lo normal se llama hiperventilación y eso provoca mareos y posibles desmayos, lo cual no queremos.
Sin embargo, la buena noticia es que cuando dormimos exhalamos un aproximado de 200 g de dióxido de carbono, así antes de levantarnos de la cama, hemos exhalado una pequeña parte del objetivo que queremos perder día con día.
Además de que la mejor forma de aumentar el CO2, se puede obtener moviendo los músculos, y aquí es cuando aparece algo mejor, pues eso se puede lograr con el simple hecho de ponerse de pie, caminar, barrer, cocinar o vestirse. Por lo que un día de compras podría ser una buena opción para exhalar un notable número de dióxido de carbono, ¿increíble, no?
CON INFORMACIÓN DE HARPER’S BAZAAR
