La muerte de las dietas

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Libérate de la comida artificial y las restricciones insoportables. Hay mejores formas de perder esas lonjitas.

La gran moda élite

Lo cierto es que de un tiempo para acá la comida engordadora comenzó a estar disponible en todos lados, todo el tiempo. Hace 30 o 40 años no encontrabas lugares donde hubiera comida lista en un minuto. Ahora pasas por 1,000 restaurantes de comida rápida sólo para ir a la gasolinera. Y como está a nuestro alcance, comemos de más.

El antídoto, hasta hace poco, era el de cambiar severamente nuestros hábitos alimentarios para perder peso rápido. En otras palabras, hacer dieta. Pero estas son las razones por las que esa estrategia debe estar tres metros bajo tierra:

1/ Afecta nuestra mente

Un estudio del 2006 publicado en el Journal of Marketing Research, descubrió que consumimos más calorías cuando la comida está etiquetada como baja en grasa, probablemente porque no experimentamos la culpa que de otra forma nos haría dejar de comer.

2/ No podemos seguirlas Sí funcionan? pero sólo si las cumples.

Hasta dos tercios de las personas que se ponen a dieta acaban más gordos después de cinco años que cuando empezaron a hacerla. Y en estudios clínicos, entre más tiempo pase entre la última dieta de una persona y el momento en que la vuelven a examinar, más peso habrá vuelto a ganar. La razón del rebote: al dejar de seguir una serie de reglas estrictas (no comer después de las 20:00 hrs, no botanear entre comidas...), regresan a los mismos hábitos que los hicieron ganar peso desde un principio.

3/ Nuestros cuerpos se rebelan

Este tipo de privación puede desacelerar tu metabolismo haciendo que avance a paso de caracol, complicando el bajar de peso. Una vez que tu cuerpo se percata de que no está consumiendo suficiente comida, empieza a guardar energía. Gracias a la evolución, tu cavernícola interna está engordando para lo que piensa que será la siguiente era de hielo. Sigue matándote de hambre y sufrirás de antojos intensos y pérdida de tejido corporal, es decir, músculo; eso afecta aún más la habilidad de tu cuerpo para quemar calorías.

4/ Necesitamos velocidad

Obtener resultados rápidos, pero perder medio o un kilo a la semana es autosabotaje. Los investigadores han descubierto que la leptina, una hormona segregada por las células grasas, ayuda a controlar el apetito al unirse a los receptores del cerebro para decirte que estás satisfecha.

Sigue leyendo: Cuatro trucos que te ayudarán a resistir la tentación.

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