Unos huevos benedictinos muy diferentes

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Los huevos benedictinos se ponen a dieta y se deshacen de la salsa holandesa repleta de calorías. Prueba esta nueva versión, te encantará y no te dejará con hambre.

Sirve una cucharadita de aceite de oliva en una sartén antiadherente a fuego medio-alto. Saltea ocho tallos de espárragos cortados en trozos de dos centímetros y seis gramos de tocino canadiense picado, cuece hasta que los espárragos adquieran un color verde brillante, alrededor de tres minutos. Combina cuatro cucharaditas de aceite de oliva y dos cucharaditas respectivamente de vinagre balsámico y mostaza Dijon, sazona con pimienta y sal al gusto.

En un plato hondo combina los espárragos, el tocino canadiense, una rebanada pequeña de cebollín y cinco tazas de endibias rizadas, cortadas en trozos del tamaño de un bocado. Báñalas con el aderezo. Acompaña cada porción con un huevo pochado y pimienta molida. Sírvelo con un muffin inglés si se te antoja.

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