Es probable que tus relaciones hayan sido determinadas, en parte, por la forma en la que experimentaste la relación entre tus padres (o la falta de ella). Estas preguntas pueden ayudarte a identificar de dónde parten ciertos impulsos.
¿Quién era la cabeza del hogar?
Hay una persona que suele llevar la batuta en la mayoría de las relaciones. Digamos que fue tu padre. Es probable que te sientas atraída por hombres más autoritarios (incluso si no te gustaba el estilo estricto de tu padre). Y si acabas con alguien de corazón más noble, es probable que lo presiones inconscientemente para que se haga más fuerte.
¿Papá y mamá dependen de ti?
Si estás acostumbrada a resolverles los problemas, es probable que desempeñes ese rol para todas las personas en tu vida. Quizá te inclines por hombres que parezca que necesitan tu ayuda para ser felices.
¿Tus padres eran cariñosos frente a la gente?
Si es así, es probable que te sientas cómoda con la intimidad, en la cama y en cualquier parte. Sin embargo, si tus padres no eran afectuosos, tal vez te sientas incómoda cuando un chico te abrace (o intente darte un beso en público).
¿Eran críticos?
Si ambos lo eran, probablemente tú también lo seas. Pero si solo uno lo era, la cosa se pone interesante. Digamos que tu mamá siempre molestaba a tu papá y que tú eras más cercana a él; tal vez no critiques a tu pareja por temor a lastimarlo. Pero si eras más cercana a tu mamá, es probable que estés siguiendo su ejemplo sin querer.
