A Sarah Sapora no le molestan los trolls.
Como una mujer de talla grande que no se avergüenza de su cuerpo y está comprometida a vivir más feliz y saludable desde adentro (¡y que se pone orgullosamente en ropa deportiva y trajes de baño!). Recibo muchos comentarios desagradables, especialmente en Instagram.
Para aquellos, he adoptado una mentalidad de “perdonar y eliminar”, y eso les sirve a mis seguidores y a mí. Pero recientemente, una conversación cayó en mis mensajes directos tan irrespetuosa y, francamente, grosera, que tuve que responder.
Para resumir, una cuenta usó una foto mía sin permiso. Es una imagen de mí en un diminuto traje de baño, posando en la playa con un hombre tradicionalmente atractivo.
No estoy tratando de taparme o esconderme. Es el tipo de imagen que mucha gente no está acostumbrada a ver, y una que frecuentemente se publica en Internet sin mi consentimiento.
Para muchas personas, esta foto tiene un valor de shock. Creo que esta cuenta, que se posiciona a sí misma como una cuenta de salud, estado físico y amigable para el cuerpo, usó mi imagen fuera de contexto para generar comentarios y clicks. Y los comentarios fueron bastante horribles.
Ya no me molestan los comentarios en Internet, pero no quería que se usara una foto mía de esta manera. Así que me acerqué a la cuenta para pedirles que bajaran la imagen, y me di cuenta de que habían usado otra de mis fotos sin permiso también en el pasado. Eran desdeñosos, no me escucharon o me hicieron caso con lo que les pedí, y pronto, la conversación se volvió infantil.
Me dijeron que “dejara de lloriquear” y me enviaron una serie de emojis de comida y “Nom nom nom”.
Mi pedido fue razonable y educado. Y fui tratada con desdén condescendiente.
Inmediatamente pensé: ¿con qué frecuencia les sucede esto a las mujeres en general?
Si hay algo que he aprendido al trabajar con mujeres, es que si he experimentado algo, probablemente haya cientos de miles de mujeres que hayan pasado por algo similar.
Estos mensajes ya no se trataban de mí o de la otra cuenta. Son un reflejo de cómo las mujeres a menudo son ignoradas o tratadas como si fueran irracionales o locas cuando hacen una petición perfectamente razonable. Necesitaba compartir esto para mostrarle a otras mujeres que “No eres solo tú". Esto sucede y no estás loca. “Así que publiqué el intercambio en mi Instagram, y quedé impresionada por el apoyo y la simpatía que recibí de mis seguidores.
