Olvídate de todo lo que has oído acerca de que comer por estrés es algo malo. Si pones los alimentos adecuados en tu boca, el comer cuando tus nervios están temblando más que las campanas del trineo de Santa puede llegar a calmarte.
Almendras, pistaches y nueces
Cuando se desate el infierno, come un puñado de almendras. Están llenas de vitamina E, un antioxidante que protege al sistema inmunológico. Las almendras también contienen vitaminas B, que pueden ayudarle a tu cuerpo a soportar eventos seriamente desagradables. Alrededor de un cuarto de taza cada día es todo lo que necesitas.
Aguacate
La siguiente vez que el estrés te haga tener un antojo de algo cremoso y rico en grasa, evita el helado y come un poco de guacamole hecho en casa. La textura espesa y rica puede satisfacer tu antojo y reducir esos sentimientos frenéticos. Además, la ración de grasa monoinsaturada y potasio que tiene esta delicia verde puede bajar la presión sanguínea.
Leche descremada
La ciencia apoya el viejo remedio de leche caliente para el insomnio y la ansiedad. Resulta que el calcio puede reducir los espasmos musculares y calmar la tensión. Un vaso de leche (preferentemente descremada o uno por ciento) también puede reducirlos síntomas estresantes del síndrome premenstrual tales como cambios de ánimo, ansiedad, e irritabilidad.
Avena
Los carbohidratos hacen que el cerebro produzca serotonina, el mismo químico relajante del cerebro que se libera cuando comes chocolate oscuro. Entre más despacio absorba tu cuerpo los carbohidratos, más estable fluirá la serotonina. El resultado: un mejor humor.
Naranjas
¿Estás estresada por una entrevista de trabajo o una presentación? Sírvete un vaso de jugo de Florida o cómete una naranja. El nutriente mágico que contienen es la vitamina C.
Salmón
Las hormonas del estrés tienen a un archienemigo: los ácidos grasos omega 3.
Espinacas
El magnesio se hizo para calmar la locura de las fiestas. En primer lugar, el mineral te puede ayudar a bajar tus niveles de estrés, manteniendo tu cuerpo en estado de calma relativa conforme manejas otra plática superficial con tus compañeros de trabajo. El no obtener suficiente magnesio puede provocarte migrañas y hacerte sentir cansada. (Y casi siete de cada diez de nosotras no ingiere suficiente magnesio. No es de sorprenderse que estemos malhumoradas.) Sólo una taza de espinaca te da el 40 por ciento de tus valores diarios, así que prueba sustituir la lechuga en los sándwiches y ensaladas por espinacas.
