La ciencia explica por qué odiamos las mañanas

La ciencia explica por qué odiamos las mañanas

La ciencia explica porque odiamos levantarnos temprano.

Hay que aceptarlo: es muy difícil que todas nos convirtamos en morning people, simplemente es algo que no es posible. Quizás podamos culpar a nuestros maratones diarios de Netflix hasta las 2:00 a.m., porque tenemos largas jornadas de trabajo, o incluso a nuestra dieta, pero la realidad es que hay una explicación que va mucho más allá de nuestro control, y esa es la evolución de nuestro ADN.

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De acuerdo a un reciente estudio publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, en julio del 2017, la evolución es la que en realidad determina nuestros patrones de sueño.

Los investigadores observaron a 33 adultos, habitantes de una zona rural en el norte de Tanzania, durante un periodo de tres semanas. Los resultados mostraron que mientras más del 99% de los adultos dormía, uno permanecía despierto, aunque al final, todos tenían un promedio de 6 a 8 horas de sueño por noche.

Ese adulto que dormía comprueba la teoría de que el sueño es individualmente particular.

En la vida urbana actual todo depende de programas, agendas, tiempos, incluso hasta de preferencias sociales, así que nuestras horas de descanso caen en la situación de la circunstancia.

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David Samson, profesor del departamento de Antropología de la Universidad de Toronto, y coautor del estudio, asegura que ?los patrones de sueño humanos son flexibles y variables, sin excepción, ya que esto está determinado por el ADN, haciendo que las personas madruguen o que tengan muchos problemas para levantarse temprano, y esto no se puede cambiar?.

Así de simple, nacemos con un ritmo circadiano único, irrepetible y que es mejor aprender a vivir con él que en su contra, ya que de ser así, no somos productivas la mayor parte del día (estar fuera de la cama no es sinónimo de que el cerebro esté trabajando al 100%).

Por lo tanto, si te cuesta trabajo acostarte y levantarte temprano, trata de ?engañar? a tu cuerpo cada noche tratando de acostarte una hora antes de la que normalmente es tu hora de sueño para ir relajando los músculos y la mente. De igual forma siempre busca una alternativa para hacer de las mañanas menos pesadas, ya que en esta era, no te será muy fácil poder quedarte dormida hasta las 11:00 a.m.

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