Natural, no siempre quiere decir mejor.
Angela Lemond, nutricionista registrada en Texas, advierte que a veces, dado que la miel es natural, no se considera en nuestras mentes como azúcar, pero,"se considera un azúcar añadido cuando la ingieres?, dice ella.
“Puede ser fácil excederse con la miel, especialmente cuando la agregas directamente a smoothies, avena u otras recetas, y no la mides de antemano”, dice Torey Armul, R.D., un dietista de Ohio. “Es difícil medir porciones cuando se usa directamente desde la botella, y el contenido de azúcar se acumula rápidamente”. Armul dice que el consumo excesivo de miel está relacionado con el aumento de peso, la diabetes y las caries.
Además, “hay una cantidad significativa de fructosa en la miel”, dice Sonya Angelone, RDN, nutricionista de California, que recomienda no comer miel en general. Se sabe que la fructosa causa gases e hinchazón, y Angelone dice que las personas pueden desarrollar ese tipo de problemas gastrointestinales al comer miel.
Esto no quiere decir que debas eliminar la miel por completo.
Tiene sus propios beneficios, desde hacer que los alimentos tengan mejor sabor hasta aliviar los dolores de garganta. La miel cruda, sin filtrar, es particularmente rica en probióticos y antioxidantes que no encontrarás en el azúcar común.
“Lo más importante es ponerle atención a tus porciones y limitar los azúcares agregados cada día”, dice Armul. En general, Lemond recomienda mantener todos los azúcares agregados a menos del 10 por ciento de nuestra dieta (sin incluir los azúcares que se encuentran naturalmente en la fruta y la leche). La American Heart Association recomienda limitar el agregado de azúcares a seis cucharaditas o menos por día (alrededor de 24 gramos de azúcar) en total para la mayoría de las mujeres. “Quédate con una cucharada o menos de miel por porción”, dice Armul.
“Una cucharada brinda 64 calorías (y poco más de 17 gramos de azúcar). Puede que no parezca mucho, pero eso equivale a más de cuatro cucharaditas de azúcar.? Si sigues las pautas de AHA, eso se traduce en aproximadamente una cucharada y media de miel por día, o 10 cucharadas y media de miel por semana.
Suponiendo que esta es tu única fuente de azúcar agregada.
Si no lo es (y probablemente no lo sea), debes comer menos.
De nuevo, no debes sentir que tienes que abandonar la miel para siempre. Pero debes tener en cuenta que es azúcar como cualquier otro y tratarlo como tal. “Simplemente mide tu porción de antemano, manténla pequeña y cuida otras fuentes de azúcares añadidos durante el día”, dice Armand.
