Si el asma te ha impedido ejercitarte, quizá no tengas que suspender tus rutinas. Esto se debe a que un estudio descubrió que correr, andar en bici, caminar, nadar y levantar pesas (entre otras actividades) ayudó a pacientes con asma a mantenerse en forma sin provocarles ataques severos. Simplemente habla con tu médico antes de iniciar una rutina, ya que las sesiones intensas o prolongadas podrían provocarte los síntomas, así que tal vez necesites hacer adaptaciones a tu plan.