Es difícil resistirte a ciertos alimentos en el entorno laboral, ¡aunque no imposible!
1. Haz ejercicio en la mañana
Cuando haces ejercicio temprano, suceden dos cosas: a) tu metabolismo se acelera, quemando más calorías durante las primeras dos horas tras haber hecho ejercicio. Y b) te sentirás mucho más responsable y obligada a evitar aquellos alimentos tentadores.
2. Lleva un snack sano en tu bolsa
El secreto mejor guardado es llevar en tu bolsa snacks ricos, pero sanos. Puedes cargar barritas de granola, mix de nueces, fruta deshidratada o verduras (zanahorias, jícama, pepino). Así podrás combatir fácilmente la tentación con una de tus armas secretas.
3. Pide la opción saludable
¿Comida de trabajo? Si piden entradas al centro, tú procura ordenar algo que no esté frito o rebozado. Una ensalada o carpaccio es una gran opción. En caso de que cada quien pida su plato, opta por preparados saludables.
4. Bebe mucha agua
Compra una botella en el súper de 1.5 litros de agua y déjala en tu oficina para rellenarla cada día con el garrafón de agua con el que cuentan la mayoría de las empresas. Asegúrate de beberla toda antes de tu hora de salida. Evita a toda costa los refrescos y aguas azucaradas entre semana.
5. After dinner
Algunos trabajos requieren que atendamos eventos post-oficina. Estas salidas son las más difíciles de controlar, pues casi siempre hay alcohol de por medio, así como canapés y postres. Para estas ocasiones, hay dos salidas distintas: a) cena antes de salir de tu casa. 2) limita tus porciones.