Cuando se trata de encontrar el manicure perfecto, con el tiempo han surgido muchas opciones, entre las cuales empezó a popularizarse el manicure ruso. El cual destaca por sus acabados pulcros y minimalistas. Aunque a simple vista es una gran opción, este tratamiento estético ha generado debate entre dermatólogos y manicuristas.
¿Qué es la manicura rusa?
La manicura rusa es una técnica que se hace en seco, enfocada en retirar lo más que se pueda la cutícula para dar un acabado más pulido y duradero al momento de aplicar el esmalte. Este acabado casi perfecto es lo que le ha ganado tanta popularidad, en especial porque ayuda a dar la ilusión de que las uñas se alargaron. Pero, por ideal que suene, hay ciertos riesgos que han preocupado a los dermatólogos.
¿Por qué es peligroso?
Aunque muchas profesionales lo hacen con todas las precauciones necesarias, varios dermatólogos han expresado preocupaciones por varias razones, entre las cuales destaca la exposición de la eponiquio (la parte que cubre la cutícula) a infecciones o inflamación. También por el hecho de que un error con las herramientas eléctricas podría dañar la piel o incluso afectar la manera en que crece la uña.
¿Entonces lo debería evitar?
Por terrorífico que suene, no significa que debas despedirte de este tipo de manicure. Solo que debes tomar en cuenta varias cosas, desde ir a un buen salón de uñas hasta preguntar si se desinfectan de manera correcta las herramientas que vas a usar. Incluso hay quienes recomiendan que lleves tus propias herramientas para evitar cualquier tipo de contaminación. En caso de que empieces a notar dolor, enrojecimiento o inflamación, no dudes en ir con tu dermatóloga.
El manicure ruso sí puede darte ese acabado de ensueño, pero no sin tomar en cuenta las recomendaciones que te dimos.