Seguro te ha pasado, compras tu boleto con meses de anticipación, planeas tu outfit perfecto, llegas emocionada al concierto de tu artista favorito y quieres grabar hasta el más mínimo detalle. Aunque te quedes sin memoria en el cel o pila, sabes que tenerlo grabado es una especie de garantía de que vas a poder volver a disfrutar de conciertos una y otra vez.
Aunque, si somos realistas, el estar grabando en un concierto puede ser algo muy cansado y frustrante, entre intentar enfocar, cuidar que no se acabe la pila, esquivar cabezas y lidiar con un audio saturado, te das cuenta de que tu celular vivió más el concierto que tú. Todo para que al final de la noche termines con uno o dos videos decentes de los veinte mil que grabaste.
La experiencia que cambió la forma de pensar de Sabrina Carpenter
Ahí es cuando surge la duda, “¿realmente valió la pena que me la pasara grabando en vez de disfrutar?” Pues una duda similar le surgió a Sabrina Carpenter después de que viera a Silk Sonic –el dueto entre Bruno Mars y Anderson Paak–, en las Vegas, lo que le sorprendió no fue que le quitaran el celular durante la presentación, sino el cómo disfruto del concierto.
“Nunca he tenido una mejor experiencia en un concierto. Me sentí como si hubiera vuelto a los setenta... Me sentí como si realmente estuviera ahí. Todos cantando, bailando, mirándose y riendo. Fue realmente hermoso”.
Esa experiencia fue lo que la lleva considerar, el prohibir el uso de celulares durante su conciertos en sus siguientes giras. Asegura no culpar a sus fans por querer tener recuerdos bonitos de sus presentaciones, pero dice que no quiere tener 80 en el escenario y que las personas hagan zoom en sus arrugas.
Aunque esta propuesta parece lejana, nos hace pensar en cómo es que hemos estado viviendo eventos de este tipo en los últimos años, y como desafortunadamente el crear “recuerdos bonitos” dejó de ser a través de vivir las experiencias y se enfoco solo en tener el video o foto más “instagrameable” del momento.
