Fotografiada por: Alana O’herlihy
Styling por: Brandon Tan
Entrevistada por: Willa Bennett
Traducción por: Andrea Sierra
“Personalmente siento que siempre estoy teniendo una epifanía”, dice Margaret Qualley mientras me guía por su “camino especial” en su “playa especial”, justo al lado del pequeño edificio frente al mar donde se casó con su esposo, el productor musical y líder de Bleachers, Jack Antonoff.1
Nos encontramos hace una hora en su “cafetería especial”, y mientras el sol comienza a ponerse sobre la costa de Jersey, ella instintivamente carga a su perro, Smokey, para protegerlo de una ola.
Es difícil reconciliar esta versión de Margaret—procesando revelaciones silenciosas, profundamente apegada a sus lugares favoritos en este rincón tranquilo de la Costa Este—con la Margaret que es una de las mujeres más ocupadas de Hollywood. La misma mañana de nuestra entrevista, se anunció que su película Honey Don’t!, la segunda entrega de la trilogía lésbica Drive-Away Dolls de Ethan Coen y Tricia Cooke, se estrenará en el Festival de Cine de Cannes.2
Blue Moon, la película de Richard Linklater en la que participa, está programada para estrenarse este otoño. Recientemente terminó de trabajar en Huntington, una comedia oscura con tintes de thriller que protagoniza junto a Glen Powell, y actualmente está filmando Happy Gilmore 2, la tan esperada secuela de la comedia de golf de culto de Adam Sandler.
Estos cuatro papeles principales se suman a más de una década de proyectos en los que Margaret explora las complicaciones y contradicciones que conlleva ser mujer. Es una trayectoria que, al observarla en conjunto, deja claro que Margaret ha estado curando cuidadosamente su portafolio desde el inicio, desarrollando su timing cómico y movimientos distintivos (su mordida de labio prácticamente tiene su propio fandom ahora). Más recientemente, se encontró saliendo de la columna vertebral de Demi Moore en The Substance, pero también ha estado en Maid, Érase una vez en Hollywood y Poor Things, todas nominadas a premios prestigiosos.
A pesar de todo lo que ha logrado—o tal vez gracias a ello—, Margaret se muestra sorprendentemente abierta y curiosa durante este paseo especial por su playa especial. Está enfocada en cómo nuestra conversación (y esta revista) podría ayudar a otras personas a sentirse más cómodas en sus cuerpos y, a su vez, en sus relaciones. “Siento que cada día me entiendo un poco más”, explica. El tipo de amor que nos dedicamos a nosotras mismas y, en consecuencia, a nuestras relaciones con los demás, es, agrega, “lo más profundo que existe”.
Es un regalo cuando una entrevista se siente más como una conversación profunda que como una campaña, y más aún porque tanto Margaret como yo tenemos plataformas que defender. Para ella, son sus cuatro nuevas películas; para mí, como editora en jefe de Cosmopolitan, es esta edición de aniversario, que marca seis décadas desde que la legendaria editora Helen Gurley Brown transformó la marca para centrarse en conversaciones honestas sobre el amor y el sexo. Margaret y yo coincidimos en que, aunque en 2025 ya no sea revolucionario promover este tipo de discursos abiertos, las historias que contamos (ella a través de su actuación; yo a través de mi edición) siguen siendo necesarias para cuestionar y ayudar a formar las creencias de las personas de manera significativa. Para que todas podamos tener epifanías de vez en cuando y encontrar aquello que se siente exclusivamente nuestro.
Te has convertido en una actriz súper solicitada, pero ¿cómo empezó todo?
Me mudé a Nueva York a los 16 años, cuando entré a un programa de verano en el American Ballet Theatre. Aunque no veía Dance Moms, ese era muy mi mundo mientras crecía. Pero me di cuenta de que simplemente no era lo suficientemente buena para ser bailarina, y nunca voy a ser perfecta en eso. Y si no voy a ser la mejor, no creo que valga la pena seguir por ahí. Conseguí un trabajo como modelo y pude pagar mi renta. Y pensé: “Podría simplemente quedarme aquí.” Le mandé un mail larguísimo a mi mamá: “Encontré una escuela. Tengo trabajo. ¿Qué opinas?”
¿Cómo respondió ella?
Lo entendió, pero yo tenía 16 años y estaba sola en la ciudad. Fue aterrador. Otros chicos se iban a casa con sus papás y sus tutores, y yo estaba en la Semana de la Moda de París con un libro de química o álgebra para una clase que iba reprobando. No tenía amigos. No conocía a nadie en la ciudad. Si un hombre entraba al elevador, yo me bajaba.
Viví todos mis veintes con una maleta, sin muebles. Tenía un colchón en el piso. Y me volví financieramente independiente a los 18, así que también era súper ahorrativa.
¿Qué fue lo primero que compraste cuando conseguiste un trabajo importante?
Una chamarra de cuero súper nice… pero nunca la usé porque en realidad no me gustan las chamarras de cuero. No soy lo suficientemente cool para usar una. No me va, ¿sabes a lo que me refiero? Simplemente no soy esa chica.
¿Cuándo empezaste a sentirte más cómoda estando sola?
A la mitad de mi tercer año de prepa. También empecé a salir con un chico y esa relación fue súper transformadora. Estuvimos juntos cinco o seis años, y él tenía un grupo de amigos increíble y una familia súper presente. Terminé viviendo con ellos—fue algo muy estabilizador para mí. Él también fue quien me llevó a una clase de actuación. Hoy todavía hablamos. Fue a mi boda con su hermano menor.
Hablando de tu boda, ¿cómo fue enamorarte de tu esposo, Jack?
Enamorarme de Jack fue el sentimiento más grande que he sentido en mi vida. Nos conocimos justo cuando estaba terminando el COVID, en la primera fiesta a la que fui.3
Nos vimos en una azotea, empezamos a platicar y no dejamos de hacerlo. Ese verano nos la pasamos caminando por toda la ciudad.4
¿Quién dijo “te amo” primero?
Él, obviamente. Soy muy old-school para esas cosas.
Nunca me atrevería a dar el primer paso. Nunca mando mensaje dos veces. Ahora que estamos casados, puedo mandarle mensajes a cualquier hora y sobre cualquier cosa. Siempre estamos hablando; él es como mi diario humano. Pero antes, cuando empezamos, siempre seguía la etiqueta de la chica sureña.
¿Cómo supiste que la relación con Jack era algo real?
En todas mis relaciones anteriores, me sentía muy sola porque no estaba con mi persona, y sentía que buscaba algo. Ya no siento eso. Jack me hace sentir segura y cómoda.
Pasé muchos años tratando de ser la chica perfecta para alguien, y esa chica cambiaba una y otra vez. Pero no puedo mentirle a Jack. No puedo ser esa chica para él—me descubriría. Así que solo puedo ser yo misma. Él es la persona que he imaginado toda mi vida. Y no lo digo en sentido figurado. Mi primer crush fue Adam Sandler en Happy Gilmore y Big Daddy, y he estado buscando esa esencia toda mi vida. Y yo digo: “Ese es Jack.”
Ustedes se conocieron más o menos cuando salió Maid. Interpretaste a Alex, una joven madre que escapa de una relación abusiva. Sigue siendo una de las series más vistas de la era pandémica en Netflix.5 ¿Por qué crees que resonó tanto con la gente?
La mayoría de mis amigas, la mayoría de las mujeres que conozco, han vivido alguna versión de una relación abusiva. Además, como mujeres, estamos entrenadas para competir entre nosotras, y eso es una tontería total. Puse todo lo que tenía en Maid, hasta incluí a mi mamá real como mi mamá en la serie. Pasaba tiempo con la chica que interpretaba a mi hija—se llama Rylea—todos los fines de semana durante el rodaje. Creía mucho en el proyecto y quería que se sintiera lo más real posible. Fue súper intenso. Aprendí que, en momentos como este, la manera en que las mujeres se apoyan silenciosamente, incluso en detalles muy pequeños, es hermosa.
Las sutilezas de las relaciones abusivas son difíciles de reflejar en el arte, pero este tipo de arte es importante porque impulsa a la gente a replantear la dinámica de sus propias relaciones. ¿Te ayudó Maid a procesar tus propias relaciones?
Aprendí mucho con Maid. ¿Has leído All About Love de bell hooks?6 Lo leí después de una relación muy intensa y mala. Y pensé: “Oh, claro. Esto que nos han vendido como amor... eso no es amor.” Alguien que te ama no intenta lastimarte. Y creo que, por estar solas y buscando, tratamos de contarnos historias que justifican las acciones de las personas, cuando la realidad es que el amor verdadero no duele de esa manera.
¿Cómo se siente para ti el amor sano?
Es como tener siempre un suelo bajo tus pies. No puedes caer muy lejos porque alguien te va a sostener. Pero el amor también es difícil. Por eso me inspira hacer películas sobre el amor, ya sea platónico, romántico o lo que sea. Algo de lo que me sentiría orgullosa de mostrarle a mis hijos algún día.
¿Quieres tener hijos?
Sí quiero. No estoy lista en este momento—sé que hay muchas cosas que no sé—, pero siempre he querido tener hijos. Desde niña, me imaginaba teniendo bebés.
Mencionaste a tu mamá, Andie MacDowell, antes. Ella obviamente también es actriz, y además ha salido en la portada de Cosmopolitan, en septiembre de 1982. ¿La has visto?
Sí, y es icónica—se ve increíble. Desde que era niña, Cosmo ha sido la única revista que he leído con entusiasmo. Yo era una chica delgada y torpe que quería ser una de las chicas con bronceado artificial y cabello rubio que jugaban hockey sobre césped. Manifesté esta portada de Cosmo.
Wow, realmente lo hiciste.
Recuerdo que iba en un avión con mi hermana Rainey y conseguimos una revista Cosmo. Inmediatamente abrimos el cuestionario, luego las historias de sexo que salieron mal, y leímos las partes más escandalosas. Leía eso mucho antes de haber tenido sexo. Me desarrolle algo tarde en cosas.
¿Alguna de las cosas que leíste te ayudó?
Crecí en el sur, y Cosmo me ayudó porque quitó la vergüenza al sexo. Me di cuenta de que hay un mundo en donde puedes divertirte y quizá no sentir tanta pena por todo eso.
¿Estás cerca de tu familia?
Rainey7 es mi mejor amiga en el mundo. Hablo con ella todos los días.
Ella acaba de tener un bebé, Bluebell. Está en California ahora, pero probablemente se mudará a Carolina del Norte, donde crecimos y donde vive nuestro papá. Ambas estamos como, “Quiero estar más ahí que en la ciudad” últimamente. Por mucho tiempo, me sentí cómoda en medio del caos. Pero ahora que tengo 30 años, estoy empezando a relajarme. Se siente bien poder tener un poco de paz y simplemente manejar al supermercado.
¿Cuál es tu proceso para conocerte más a ti misma?
He estado en terapia desde los 16 años. A principios de mis veinte tuve insomnio severo que me afectaba mucho. Estaba despierta hasta las 9 de la mañana y rogaba por dormir. Una de las primeras películas que hice fue The Nice Guys. Se estrenó en Cannes, y no fui a Cannes porque no había dormido en cuatro días y sentía que no iba a sobrevivir.
¿Puedes contarme algo sobre tu salud mental ahora?
Estoy llegando al punto en el que siento que puedo quedarme en mi propio cuerpo en lugar de cambiar de forma para ser lo que los demás quieren. Pero todavía estoy intentando fortalecer constantemente mi propio punto de vista y sentirme firme, de pie y en mis zapatos. Lo más importante que he aprendido es que mientras antes te permitas sentir lo que sientes, mejor. Lo que sé con certeza es que soy más feliz que nunca, por mucho. Me conozco mejor y puedo disfrutar mi vida.
Qué genial. ¿Meditas?
Medito todos los días, dos veces al día, y siento que estoy muy conectada con la misma persona que era cuando tenía 4 o 9 años, ¿sabes? Pero como mujer siento, “¿Cuánto de esto soy yo?” Como el 98% es lo que el mundo te impone—es la carga de todos los demás.
Esto me recuerda a la escena en The Substance donde emergiste de la columna vertebral de Demi Moore como Sue8 —una versión más joven del personaje de Demi. ¿Qué te enseñó Sue sobre la feminidad?
The Substance fue como entrar en el ojo del huracán. Fue lidiar con toda mi mierda, la mierda de mi mamá, generaciones de trauma.9 Fue una pesadilla ser esta fembot idílica y juvenil. Nadie piensa en sí mismo así. La película no es un buen referente de lo que es la feminidad—es bastante masculina en muchos sentidos. Lo que definitivamente me llevo conmigo es a Demi Moore. Es una persona muy especial. Es fuerte y sabia, pero también increíblemente suave y porosa.
He visto gente en Reddit hablar de cómo los celos entre tú y Demi en pantalla parecen sexuales. ¿Experimentaste alguna tensión sexual durante la filmación?
¡Dios mío! Amo a Demi, pero no creo que haya tensión sexual. Aprendí muchísimo de ella. Se ha convertido en una de mis amigas más queridas.
Para cuando salga esta historia, estarás en pleno estreno de Honey Don’t! con tu coprotagonista Aubrey Plaza.10 Interpretas a una detective queer. ¿Sabes que tienes una gran base de fans queer?
Amo a los gays, gracias.
¿Cómo entraste en el personaje para este papel?
Confío en que cualquier chica pueda resolver un maldito misterio de asesinato con Instagram, para ser honesta. Pero mi personaje es muy segura y habladora. No es mujer de pocas palabras. Creo que a veces me he sentido cómoda menospreciándome a mí misma. Ella es todo lo contrario. Está en su poder, es inteligente y sexy. Es un poco como un jugador cool. No sé por qué, pero por alguna razón, hice que mi físico fuera algo parecido a Matty Healy. Traté de hacerlo como Matty Healy lo haría. Sentí cómo sería ser un chico ligando con una chica.11
Hablando de Instagram, noté que no has checado tu teléfono ni una vez desde que estamos juntas.
Los celulares son como los cigarrillos. Soy gran fan del modo avión. Porque abrir el teléfono también es como ir a trabajar, ¿sabes? No tengo apps en mi teléfono excepto Uber, mensajes y Mapas. Y eso está bien, porque cuando estoy en el supermercado, no saco el teléfono, solo escucho las conversaciones de la gente. Y me siento más inmersa en mi vida. Tengo otro teléfono en casa que no tiene servicio celular, solo Wi-Fi, y ahí puedo ver Instagram. Definitivamente estamos demasiado conectados.
Me encantaría terminar con una pregunta muy Cosmo: ¿Cuál es tu mejor consejo para el sexo?
El mejor sexo viene de asegurarte de conocer tu cuerpo y que tu pareja conozca tu cuerpo—para que puedas disfrutarlo.