El síndrome de la vida ocupada afecta a cada vez más personas alrededor del mundo, sobre todo a los workaholics, ¡descubre si eres una de ellas!
¿Pasas la mayor parte de día pegado(a) a la computadora, celular o cualquier otro dispositivo electrónico? Quizá podrías estar siendo víctima del síndrome de la vida ocupada, una alteración psicológica cuyo término se atribuye al grupo de investigadores de CPS Research de Glasgow, quienes definen esta afectación como un ritmo de vida acelerado y exigente generalmente provocado por el trabajo excesivo o las condiciones laborales. Este estilo de vida trae consigo algunas consecuencias que podrían estar teniendo un impacto en tu día a día y afectándolo de manera negativa. Te decimos algunas señales de que podrías padecer del síndrome de la vida ocupada.
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Señales de que sufres el síndrome de la vida ocupada
Falta de concentración
En bombardeo de información que tu cerebro recibe diariamente termina agotando tu capacidad cognitiva e intelectual. Pareciera que hoy en día ser multitask es una característica esencial en la vida laboral, pero esto solo está deteriorando tu concentración y por ende, tu retención. Si notas que al leer una revista, un libro o incluso una nota informativa en Internet debes leer en más de una ocasión cada párrafo porque no lograste procesar la información, quizá estás siendo uno de los afectados por el síndrome de la vida ocupada. Lo mismo pasa cuando una persona te está explicando o hablando sobre algún tema en específico; deberías de ser capaz de retener lo que te está diciendo sin dificultades.
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Mala memoria
La hiperstimulación de tus capacidades mentales tiene un impacto negativo en tu memoria. Esta es una señal de advertencia de que padeces el síndrome de la vida ocupada, pues poco a poco comienzas a olvidar datos básicos que no tendrías por qué olvidar a consecuencia de una severa y diaria carga mental.
Ya no disfrutas tus hobbies
Cada día terminas tan agotado(a) que tu rendimiento se ve afectado incluso para realizar tus actividades favoritas; hacer ejercicio, tocar algún instrumento, leer o escribir se vuelve una tarea más en tu rutina en lugar de un hobby. Es necesario dedicar una parte de tu día a tus pasiones; disfruta de tu tiempo libre sin estar pensando en el resultado que puedas obtener.
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Estás desmotivado(a)
Eres como un robot; realizas cada una de tus tareas en automático y ya ni siquiera las disfrutas. Tienes como objetivo terminar rápido cada una de tus labores con la misión de pasar a la brevedad a la siguiente, pero nunca hay motivación de por medio. Tu desmotivación ya no es solo laboral, sino por la vida en general, pues has perdido el entusiasmo y el impulso por superarte. La apatía, el estrés y la tristeza ahora son tus más fieles acompañantes.
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