Saca lo mejor del misionero

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Acuéstate y aprende de qué forma puedes añadir un poco de sabor a este platillo erótico.

Aprieta el botón : Mientras él esté sobre ti, haz que suba unos cinco centímetros para que la base de su pene esté directamente alineada con tu clítoris. Después, mientras tus piernas envuelven sus muslos, aprieta tus genitales para crear presión y contrapresión, moviéndote en un vaivén moderado. Tu clítoris te hará saber cuando lo estés haciendo bien?

A profundidad: Mientras él esté arriba, pon tus rodillas contra su pecho (puedes sujetarte de la parte trasera de tus muslos para obtener mayor apoyo) y pon uno o ambos pies en sus pectorales. ?De esta forma, la punta de su pene estará en contacto directo con tu cérvix: es una sensación que muchas mujeres encuentran placentera

Toma el control: El que estés debajo de él no significa que no puedas marcar la pauta. Pon una de tus piernas sobre su hombro mientras la otra permanece recta sobre la cama (o doblada, con tu pie plantado con firmeza sobre el colchón). El movimiento de arriba abajo que realizan tus piernas crea una sensación de placer arrebatador sobre la zona de tu punto G.

Tenlo de rodillas : Acuéstate y haz que él se arrodille entre tus piernas mientras está sentado, de manera que su trasero descanse en sus tobillos. Él puede utilizar la fortaleza de sus muslos para empujarse hacia delante; también puede sujetar tu cadera para controlar el ritmo. Esta posición estimula tu pared vaginal inferior, una zona que contiene nervios a menudo ignorados durante el misionero tradicional.

¡Derechita! : Mantener las piernas cerradas puede incrementar tu placer. Una vez que esté dentro de ti, junta las piernas (mantenlas derechas) de modo que las suyas estén afuera de las tuyas. Luego aprieta tus muslos para crear fricción contra su pene y tus labios vaginales mientras él te penetra (con esfuerzo, sin mucho vigor). Puedes sujetarte de la cabecera o poner las palmas de tus manos sobre la pared para provocar mayor resistencia.

Di sí a los aditamentos : El juguete sexual más ardiente se encuentra sobre tu cama. Pon una almohada debajo de tu espalda baja y empuja tu vagina hacia arriba. Su pene entrará en contacto con la pared frontal superior, el lugar en el que se ubica el punto G. Para obtener placer extra, intenta colocar tus palmas sobre sus pompas para controlar la velocidad y el ritmo de los movimientos.

Nota relacionada con: El secreto para un mejor sexo.

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