?Laura Cipullo dice que estos trucos la ayudaron a reducir su colesterol 50 puntos.?
La primera vez que me di cuenta del vínculo entre la comida y la salud, fue cuando me diagnosticaron colesterol alto en octavo grado.
Si bien el diagnóstico probablemente se debió a una predisposición genética, crecer en una gran familia italiana de comedores ciertamente no ayudó. Con ese diagnóstico, tuve que hacer muchos cambios en mi dieta: dejé de comer chuletas de ternera, dejé de comer productos lácteos enteros, dejé de usar mantequilla y disminuí mis porciones.
Viendo hacia atrás, no aconsejaría a un niño de 13 años que haga lo que hice. En cambio, quisiera que alguien se centrara en qué comer (en lugar de qué cortar) como verduras con aceite de oliva, e incorporar alimentos ricos en ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos omega-3, como el salmón.
Ese es el tipo de consejo que doy a las personas en mi libro, de Women?s Health Body Clock Diet. De todos modos, en un mes después de hacer esos cambios, mi colesterol bajó 50 puntos y me di cuenta de la importancia de esas opciones. En las cenas familiares, habría una comida para mí y una comida para el resto de mi familia. Comían porciones grandes y alimentos procesados, ?lo que yo no podía entender era por qué ellos no estaban cambiando y comiendo como yo. Al crecer, mi conocimiento nutricional era muy limitado.
Unos años más tarde, a mi tío se le diagnosticó diabetes. Él me llevó a su cita con el dietista y me fascinó. Terminó dejándome hacer prácticas para ella y ahí es donde se encendió mi pasión como dietista. Todos los hombres de mi familia finalmente fueron diagnosticados con diabetes, y eso me ha servido como un gran motivador para llevar un estilo de vida más saludable.
Una vez que fui a la escuela para convertirme en dietista, aprendí que podía comer todos los alimentos que mi familia comía con moderación. Cuando era niña, veía mi dieta como restrictiva y sentía que estaba rodeada de alimentos que no podía tener (lo que, por supuesto, me hizo desearlos más). Una vez que aprendí a dejar de categorizar los alimentos como ?;buenos contra malos?, me quité todo el poder que tenía sobre mi la comida. Esa es una de las lecciones más importantes en Body Clock Diet de Women?s Health. Ahora, para disfrutar de todas las comidas que amo sin culpa, sigo algunas pautas simples. En una gran cena familiar, creo que es aconsejable preparar dos platos, uno para ahora y otro para después. De esa forma, puedes mantener el ritmo. Esto también funciona muy bien cuando hay múltiples postres o acompañamientos y quieres probarlos todos: puedes tener el pastel de calabaza esta noche y el pastel de manzana mañana.
También descubrí que es importante establecer límites de autocuidado en torno a la familia, sobre todo si son especialistas en presionarte a comer. Si un cortés ?no, gracias? no funciona, di que estás lleno, pero feliz de llevarte un plato a casa. Y si realmente no estás interesado en la comida, puedes dársela a tu roommie o a tu compañero de trabajo al día siguiente.
Otro consejo para las reuniones es irte con cuidado con el vino. Idealmente, quieres esperar al alcohol hasta después de haber comido o al menos durante la comida. Nunca bebas con el estómago vacío ya que puede hacer que tu nivel de azúcar en la sangre baje y convencerte de que tienes más hambre, de la que tienes en realidad.
Además, no sientas que tienes que restringir tu ingesta de alimentos antes de una gran cena, eso solo te hará enloquecer y comer en exceso. En cambio, come como lo harías normalmente durante todo el día y mantén la regla de dos platos en la cena.
Lo que más me ha ayudado cuando se trata de la cena familiar es mantener el enfoque en mi familia en lugar de en la comida. En ocasiones especiales y fiestas, intenta cambiar las cosas con nuevas tradiciones, como un partido de fútbol al aire libre o abrir regalos entre platillos para permitir la digestión.
