Existen personas maravillosos en el mundo a las que, desgraciadamente, a veces (o muchas) prejuzgamos basándonos en nuestras experiencias (o malas experiencias) pasadas y heridas emocionales no resueltas. Si te cayó como balde de agua fría lo que acabamos de decir, tienes que seguir la lectura. Se trata de un texto de Natalia Sanchidrián, experta en Inteligencia Emocional y autora Best-Seller de libros de autoayuda.
Nos ponemos la tirita antes de tener la herida
En muchas más ocasiones de las que nos gustaría admitir, las mujeres solemos poner en marcha estrategias defensivas que son innecesarias y que dinamitan nuestras relaciones. Sí, efectivamente lo hacemos basándonos en nuestros miedos y nos alejan de disfrutar plenamente de tener pareja. Echamos balones fuera, y culpamos a los demás de nuestra “mala suerte” con las relaciones. No existe mayor limitación que culpar a “otras personas” de nuestra infelicidad. Y es que pensar que nuestra pareja es la responsable de nuestro sufrimiento nos resta poder. Sea como sea, lo que está claro es que existen hombres maravillosos en el mundo, a los que, desgraciadamente, las mujeres pre juzgamos basándonos en nuestras experiencias pasadas y heridas emocionales no resueltas. También lee: ¡No te juzgues duramente! El empoderamiento comienza en ti
El maltrato de la mujer hacia sí misma y hacia su pareja
Nuestra sumisión y tolerancia a situaciones TOTALMENTE INJUSTAS en el siglo que vivimos, están empezando a cambiar, y así ha de seguir. Pero todavía existe una gran separación entre nosotras mismas, donde nuestros miedos e inseguridades reflejan un paradigma lleno de hábitos que hacen permanecer viva la llama del patriarcado. Del mismo modo pienso que nos olvidamos del maltrato de la mujer hacia sí misma y hacia los demás; ya que, cuando una mujer se siente insegura, puede llegar a ser la peor enemiga para sí misma, para otras mujeres y por supuesto también para sus parejas. El maltrato emocional y psíquico, también existe y nos olvidamos de ello.
Quienes más cuestionan a las mujeres, son otras mujeres:
- Sobre la manera de ser
- La manera de vestir
- La interacción con otras personas (sobre todo si estas son del sexo opuesto)
- La relaciones sexuales
- La celulitis
- El modo de educar a los hijos
- La decisión de NO tener hijos
Una autoestima dañada, nuestra inseguridad y ser tan estrictas, nos hace mantener altos estándares continuamente y nos es imposible “no criticar”, lo que hacemos nosotras (de manera inconsciente) como lo que hacen los demás.
La memoria selectiva
Siempre fui muy buena recordando caras y momentos agradables, al igual que recordando las injusticias que sufría de otras personas o las que otras personas sufrían. Esto me hacía guardar rencor durante muchísimos años, aunque siempre intenté negarlo… Pero lo más curioso de todo, es que olvidaba las injusticias que yo misma provocaba a otras personas, o cómo, sin saberlo, en algún momento de mi vida decidí aferrarme al sufrimiento que algunas personas me habían provocado, para así justificar mi actitud desconfiada frente a otras. El caso es que no prestaba atención a las señales; y aunque ahora entiendo que siempre estuvieron ahí, también sé que no estaba preparada para “confiar en el hombre”, por el mero hecho de ser hombre.
¿Qué es lo que de verdad ha cambiado?
Lo que de verdad ha cambiado ha sido mi percepción, entender que hay hombres maravillosos en el mundo, aunque antes no pudiera verlo.
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