Método: meditar corriendo para dejar el estrés atrás

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La bloguera australiana Carolyn Tate descubrió el método para meditar corriendo y dejar el estrés atrás. Cuando corro, mi mente trabaja así: “La subida está muy empinada. Ya me estoy agitando. Siento que mis muslos rozan. ¡Ah, un perro! Nunca estaré tan en forma como antes. Soy una chillona, debo ser más fuerte. Dios, he hecho esto por años, ¿y es lo más que puedo lograr? Tengo sed. Estoy aburrida. ¿Cuánto me falta? Corre hacia ese árbol y luego descansa”. Todo el proceso es como llevar a mis hijos al supermercado: berrinches y negociaciones internas. La diferencia es que se trata de mi mente y no puedo dejar de lamentarme aunque me den un pequeño incentivo, por esta razón aprendí a meditar corriendo. Mis quejas en torno al ejercicio surgieron en la conversación un día que fui a tomar un café con una amiga que está practicando budismo. Me escuchó pacientemente mientras hablaba de todos los reclamos que llegaban a mi mente. “Necesitas leer Running With The Mind of Meditation”, dijo. Lo escribió Sakyong Mipham Rinpoche, líder espiritual de Shambhala (una red global de centros de meditación). Relacionado: “La rutina de yoga para corredoras” Sakyong, como se le conoce, también es maratonista. Su sabiduría, aseguró, me cambiaría la vida. Bueno, no exactamente, pero su guía podría ayudarme a liberar mi mente durante esos 10 kilómetros. Seguí su consejo y dediqué mi fin de semana a leer el libro, anotando ideas que quería recordar en el reverso del recibo del gas. (Nota a mí misma: voltear el estado de cuenta y pagarlo antes de que nos quedemos sin agua caliente). Sakyong asegura que la relación entre meditar y correr es obvia. Meditar reduce el caos y el estrés, y correr relaja y revitaliza el cuerpo. Si logras meditar corriendo, tu cuerpo y mente trabajan en armonía, te sentirás viva y fuerte. Seguramente te tomará tiempo y práctica generar habilidades zen para correr, pero también notarás los beneficios de meditar corriendo desde el primer intento y te sentirás mejor de manera instantánea. ¿Instantánea? ¡Le entro! Me puse la misión de conquistar a mis enemigos internos: mis pensamientos negativos. Los budistas lo llaman “mente del simio”: cuando una mente indisciplina- da salta de un pensamiento a otro es como un mono entre árboles. Mis simios llevan mucho tiempo corriendo por todas partes; debo deshacerme de ellos.

CORRER DE MANERA ZEN

Mi primer intento de meditar corriendo también fue la primera vez que corrí sin escuchar música. Sentía como si hubiera abandonado mi mantita de seguridad de la infancia. Solo éramos yo, mis tenis y un largo camino enfrente. Antes de correr, Sakyong sugiere dedicar unos momentos a visualizar la ruta y pensar qué tan lejos quieres correr. Es importante fijarte en cómo te sientes en ese momento. ¿Cansada y pesada? ¿Ligera y llena de energía? “No te preocupes ni te critiques. Simplemente siéntelo”. Pensé que no debía haber comido un taco de carne a la hora de la comida, pero siguiendo los consejos de Sakyong, simplemente intenté ignorar ese hecho. Me concentré en “estar presente”. Intenté pensar en mi respiración. Por supuesto, elegí una ruta con una gran pendiente casi al inicio, así que rápidamente mi respiración se tornó agitada y acelerada. Y concentrarme en ella no me ayudó. Entonces me enfoqué en mis pies. Y sucedió algo increíble: en poco tiempo me perdí en el ritmo de mis pisadas. También noté cómo se sentía mi cuerpo. Me fijé en la tenue luz que se percibía a través de las hojas y caía sobre el camino que estaba frente a mí. Aves. Una lagartija se arrastraba para alejarse de mí. El sonido de un pájaro en la distancia. Luego empecé a pensar: “Vaya, sí sirve. ¡No puedo creer que funcione! ¿Durará a lo largo de toda la carrera? Oh, diablos. Parece que no. La meditación falló. Aún me falta mucho...”. En lugar de darme por vencida, lo intenté de nuevo y volví a entrar en ritmo con mis pisadas y a fijarme en mi entorno. Así lo hice durante toda la carrera: meditación–mente de simio–meditación– mente de simio... Lo logré: sin música y con ciertos momentos de claridad y maravillosa relajación. Al terminar, cuando revisé mi app para correr, descubrí que mejoré 30 segundos mi ritmo por kilómetro. ¡Y eso solo en el primer intento; una mejora impresionante! Relacionado: “10 consejos para corredoras”

DOMA AL SIMIO CON ESTOS CONSEJOS

La doctora Susy Green, experta en reducción del estrés, te da estos consejos para que puedas domar al simio: Tómate unos minutos antes de salir a correr para estar inmóvil. Respira lenta y profundamente: inhala por la nariz y exhala por la boca. Cuando empieces a correr, fíjate en tu entorno: el paisaje, los sonidos y los aromas. Lleva esa conciencia a tu respiración y luego a tu cuerpo. Fíjate en cómo entran y salen los pensamientos de tu mente. Si te distrae el hecho de que necesitas comprar cilantro y chícharos para preparar el arroz integral para la cena, regresa calmadamente tu mente al presente.

ENFÓCATE

He combinado correr con meditar durante tres meses, y aunque suene a cliché, honestamente se ha vuelto cada vez más fácil. Aún tengo pensamientos negativos con bastante frecuencia: la semana pasada estaba convencida de que podía sentir la grasa de mi cuerpo rebotando un segundo después de mí, pero logré volver a concentrarme en mis pisadas. Sin embargo, he descubierto con la práctica que reconozco esos momentos como algo pasajero. Los pensamientos son simplemente conceptos en mi mente; no tengo que aceptarlos como una realidad. Correr ya no es una sesión pesada de regateo, se volvió algo que realmente ansío hacer cada día, y al ser alguien a quien desde hace años le ha costado mucho trabajo tomarle el gusto a correr, este es un gran avance hacia mi meta. Carolyn y sus monos están entrenando para hacer medio maratón. Dormir, meditar corriendo y comer mucho chocolate amargo le ha ayudado a superar cada sesión de kilómetros de su programa. ¿Quieres más consejos sobre carreras? Ve a Runner’s World México dando click aquí

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