Tener un bra deportivo es algo necesario, y aun así, de acuerdo a una encuesta gran parte de las mujeres no lo utilizan.
Tus chicas están unidas a tu pecho mediante una red de bandas delgadas y delicadas llamadas ligamentos de Cooper. Están diseñadas para mantener tus senos erguidos, pero, al igual que las bandas de goma, pierden su elasticidad con el tiempo, y se tornan flácidas. En gran parte, esta flacidez se debe a la edad, pero los movimientos y rebotes intensos pueden agravarlo. Investigadores de la Universidad de Portsmouth, en Inglaterra, hallaron que los pechos pueden moverse hasta 20 centímetros hacia arriba o abajo sin importar su tamaño. También se mueven de adentro hacia fuera y de izquierda a derecha como si formaran ochos.
El resultado: bubis prematuramente caídas, como de abuelita. Ya que no es posible reconstruir los ligamentos al igual que puedes aumentar la masa muscular, el ejercicio no revertirá el daño una vez que la gravedad haya hecho de las suyas, por lo que es fundamental invertir en un bra deportivo de buena calidad, el cual te quede a la perfección y te brinde soporte. Busca uno que encapsule cada pecho en un espacio separado (en vez de uno corrido), con una tela para alto desempeño que no absorba el sudor. Opta por estilos cuyas tallas vengan por copas (en lugar de estar etiquetados como ?chico?, ?mediano? o ?grande?). Una vez que encuentres el bra de tus sueños, cuídalo mucho. Los químicos del sudor descomponen la licra, restándole capacidad de soporte. Lávalo con agua fría con un jabón suave después de cada rutina. Si lo metes a la lavadora, usa el ciclo delicado y protégelo introduciéndolo en una bolsa de red con los broches ajustados). Para secarlo, siempre cuélgalo o colócalo en una superficie plana; las secadoras suelen arruinar el elástico.