Por el sobreesfuerzo que exige el síndrome de la impostora, es común que quienes lo padecen también presenten ansiedad y depresión…
Si alguna vez te has preguntado cómo es que conseguiste el puesto que ocupas en el trabajo, sientes que todo ha sido un fraude y que te pueden despedir porque vives en farsa ya que no mereces todo lo que has logrado, espera un poco, se trata del síndrome de la impostora y todo lo que genera tu mente al respecto puede ser irreal.
Aunque este síndrome afecta diversos ámbitos de la vida cotidiana, el laboral, escolar o profesional es el más recurrente y el más fácil de detectar ya que los méritos y logros obtenido en estos ámbitos suelen ser evaluados por otras personas a quienes nuestra mente cree haber engañado o defraudado para conseguirlos.
Este síndrome afecta a tres de cuatro mujeres en el mundo y su principal causa es la inequidad ya que a través de este comportamiento expresamos no sentirnos dignas de los logros que hemos alcanzado, si alguna vez te has sentido así sigue leyendo para conocer los hacks te ayudarán a reconfigurar tu pensamiento y autopercepción sobre ti misma y tus logros.
Por qué aparece el síndrome de la impostora cuando las mujeres son exitosas
Aunque no es un síndrome exclusivo de las mujeres, son ellas quienes más lo padecen debido a que socialmente se espera menos de ellas y se parte de una base más baja que los varones en la carrera hacia el éxito.
En 1978, las psicólogas Pauline Rose Clance y Suzanne Imes le pusieron nombre a este comportamiento que en estricto sentido no es una patología sino una conducta aprendida que, por supuesto, es reversible.
Hacks para superar el síndrome de la impostora
Aunque no es fácil detectar esos pensamientos intrusivos, puedes entrenar a tu mente para identificarlos en cuanto aparezcan.
Identifica el problema
Uno de los grandes problemas que enfrentamos cuando tenemos el síndrome de la impostora es que los pensamientos intrusivos suelen ser indetectables, sin embargo, es importante que entrenes a tu mente para identificarlos en cuanto aparecen.
Una de las formas más eficaces de contrarrestar estos pensamientos negativos sobre ti misma es ser compasiva y reconocer cada uno de los logros que has tenido en el día.
Celebra tus logros
Otro síntoma recurrente del síndrome de la impostora es que, cuando obtienes un logro no te das el tiempo suficiente para reconocerlo, aplaudirlo y agradecerlo. Esta actividad que suele parecerte egocéntrica es muy necesaria para aprender a valorar tu esfuerzo y el logro obtenido gracias a él, ya que detrás de cada meta cumplida por muy insignificante que te parezca hay un precio muy elevado y debes aprender a reconocerlo.
Observate como te observan los demás
Si padeces el síndrome de la impostora es muy probable que siempre que alguien te elogia te sientes como una completa farsante y no sabes qué contestar sin parecer egocéntrica, aprende a mirarte tal y como te ven las personas que están a tu alrededor.
Sé realista con tus expectativas
Para proyectar expectativas primero debes ubicar donde te encuentras tú y en razón de eso trazar metas alcanzables, olvídate del ‘no estoy a la altura’, esa frase no debe figurar más en tu vocabulario.
Autocuidado y autocompasión
Trae a tu mente a la niña que fuiste y háblale con ternura cada que identifiques el síndrome de la impostora rondando tu mente. No te atreverías a ser injusta y severa con ella ¿o sí? Todo lo que esa niña ha logrado en su vida adulta es gracias a su mérito y a su esfuerzo: sé justa con ella y reconoce todo lo que ha hecho en estos años y que hoy derivan en una mujer con triunfos y logros dignos de reconocimiento.