La sandía no es ese débil nutriente que todo el mundo piensa. Aquí te decimos cómo disfrutar de esta deliciosa fruta.
Es dulce, pero no ultra dulce y por eso combina con alimentos salados.
Opción 1 Corta la sandía en trozos, sumérgelos en ron (opcional), congélalos. Cuando estén listos para comer espolvorea sal de mar y un poquito de azúcar mascabado. La combinación de lo salado con lo dulce y la textura congelada es increíble.
Opción 2 Cubre ligeramente dos trozos de 50 mm cada uno con aceite de oliva, luego colócalos en una brocheta y ásalos por uno o dos minutos. (Usa la sandía que está recién madura; la fruta pasada se desintegrará con el calor.) Luego de asar, envuelve los trozos con menta fresca o albahaca y sírvelos solos o sobre algún pescado blanco a la parrilla.
Opción 3 Una rebanada delgada reemplaza el jitomate de un delicioso sándwich. Asegúrate de untar mostaza o aceite sobre el pan para crear una barrera a fin de que éste no se aguade