“Llevamos años viviendo en una cultura que promueve el matrimonio como la única forma válida de relación, en una sociedad patriarcal y machista que ve a las mujeres solteras, empoderadas y autosuficientes como inadecuadas”.
El sexo femenino ha tenido que lidiar con un sin fin de esquemas y estereotipos sociales que han opacado nuestra capacidad como mujeres. Durante mucho tiempo, estos prejuicios han hecho que prácticamente sea imposible que nos salgamos de los estándares establecidos y decidamos cómo queremos vivir nuestra vida. Sin embargo, es cada vez más grande el grupo de mujeres exitosas e independientes que luchan por su desarrollo íntegro como personas y por la igualdad con el género masculino.
La psicóloga y psicoterapeuta de parejas, Giovana Gaytán Ceja, tuvo una íntima plática con Cosmopolitan y nos mencionó los motivos por los que algunas mujeres ya no quieren contraer matrimonio ni tener hijos actualmente.
¿Por qué las mujeres ya no quieren casarse? Esto dice la psicología
C: ¿Las mujeres casadas son más felices o exitosas que las solteras?
G: Considero que la felicidad no tiene que ver con tu estado civil, no es directamente proporcional, más bien tiene que ver con nuestras decisiones, con la vida que elegimos para nosotras. Muchas veces estamos en pareja solo por no estar solas o por sentirnos acompañadas, pero no necesariamente nos brinda felicidad o nos hace sentir a gusto. Creo que tanto si estamos casadas, en unión libre, solteras, en una relación (cerrada, abierta, monógama o poliamorosa), siempre que sea por elección propia, con convicción y que esa decisión nos haga sentir plenas, entonces la felicidad será genuina.
C: ¿Por qué la sociedad cuestiona a las mujeres por no querer casarse o no desear hijos?
G: Porque llevamos años viviendo en una cultura que promueve el matrimonio como la única forma válida de relación, en una sociedad patriarcal y machista que ve a las mujeres solteras, empoderadas y autosuficientes como inadecuadas. Nos han impuesto tantos estereotipos de género que definen lo que “significa ser mujer”, que salirnos de los estándares establecidos nos hace ser cuestionadas respecto a cómo queremos vivir nuestra vida. Ser mujer no necesariamente significa ser madre o esposa. Podemos elegir si deseamos ese rol en nuestra vida o no, y eso no nos define como mujeres.
C: ¿Por qué las mujeres actuales no buscan tener pareja para sentirse plenas?
G: Justamente porque estamos rompiendo con esos estereotipos y expectativas impuestas por la sociedad. La lucha de tantas mujeres por el derecho a decidir sobre sus vidas hoy está rindiendo frutos. Hoy las mujeres nos atrevemos a cuestionarnos lo que queremos y lo que no queremos, incluyendo el tener o no una pareja, y podemos priorizar otras áreas de nuestra vida, como el trabajo, el crecimiento personal, viajar, sin que eso nos haga sentir culpables o que falta algo en nuestras vidas.
C: ¿Ya no creen en el matrimonio?
G: No es que no creamos, simplemente que ya no lo vemos como una obligación o un “deber ser” para sentir que nuestra vida tiene un sentido. Quienes escogen el matrimonio o vivir en pareja, lo pueden hacer por decisión propia y convicción de que eso es lo que desean y no una imposición social.
C: ¿Por qué están sucediendo estos cambios en la mentalidad femenina?
G: Los movimientos feministas, los cambios sociales, el empoderamiento de la mujer, han hecho que las mujeres nos demos cuenta de que puede haber muchas formas de vivir y de que no necesitamos de un hombre o una pareja para poder salir adelante, más bien podemos elegir si deseamos o no compartir nuestra vida con una persona. Ya no esperamos al “príncipe azul” que nos rescate, porque nos dimos cuenta que no necesitamos ser rescatadas.
C: ¿Por qué crees que las películas románticas retratan un ideal de matrimonio que en ocasiones es inalcanzable?
G: Porque el amor vende. Las historias llenas de romance nos venden la ilusión de un amor perfecto, que todo lo puede, invencible y eterno, sin embargo, estos mitos del amor romántico están muy alejados de la realidad. El amor es algo muy complejo y no es lineal. Tiene etapas, procesos e implica decisión. El amor maduro nos lleva a elegir a una persona siendo conscientes de sus aspectos positivos y negativos, además de que podemos comunicar nuestras necesidades y escuchar las de nuestra pareja y llegar a acuerdos que funcionen para ambas personas. Pero eso no los dicen en los cuentos o en las películas, porque no es romántico ni “fácil”.