Es imposible dejar de lado la polémica que siempre gira entorno a los certámenes de belleza, pero lo cierto es que a lo largo de su existencia hemos descubierto que se han convertido en un escaparate que muestra con claridad el concepto empowered women. Hermosas sí, atléticas también e indudablemente conocedoras de la moda y de los secretos mejor guardados de belleza, pero nada alejadas de todos los atributos que hoy las llevan a triunfar en todos los campos de la vida y sin conocer los límites. De esto fuimos testigos en el certamen de belleza Mexicana Internacional que fue patrocinado por la firma de ropa y calzado Andrea, que fiel a su filosofía, sumó para que las 32 concursantes se sintieran seguras y dieran pasos firmes durante el proceso de preparación y de su participación en el momento definitivo, cuando solo una de ellas sería la ganadora. ¡Sí nos representan! Hay quienes no se sienten cómodos con la idea de los concursos, porque es cierto, cada mujer proyecta la belleza que lleva dentro, pero no solo es eso lo que cuenta cuando se trata de seleccionarlas, también es su preparación, sus cualidades y la proyección que puedan darle a su estado o a México al final del certamen; y cuando las vemos desenvolverse a través de los videos que filman de su día a día no nos queda duda que atrás de esas imágenes tan atractivas que proyectan también hay mujeres que superan sus propios temores, que representan a su familia, a su lugar de nacimiento y a nuestro país. Si alguna vez te pasó por la cabeza que a la pasarela llegaban las más privilegiadas, te tenemos una noticia: también les toca darle batalla a todos sus issues, como Andrea Meza, ganadora de la edición 2020 que destapó su corazón en su cuenta de Instagram después de haberse levantado con el título: “Soy una mujer fuerte y decidida que comete errores porque soy humana, pero aprendo de ellos en el camino y me fortalecen. Esa es la Andrea que hoy aquí parada está dispuesta a seguir creciendo e inspirando a otras personas a que, igual que yo, han sido víctimas de inseguridades y de ataques externos”. Escuchar de su propia voz que están en constante crecimiento y construyéndose a sí mismas cada día, nos inspira para seguir adelante y aceptar que cada una es libre de expresarse y de mostrar que somos más fuertes y poderosas, desde cualquier lugar en el que nos queramos parar. ¡Fuerza chicas!
