Cuando hablamos o pensamos en orgasmos, es algo que en automático relacionamos con un encuentro íntimo, en el que hay forzosamente contacto físico. Pero curiosamente nuestro cuerpo es tan complejo que nos puede brindar el mismo placer de un orgasmo con contacto, que sin él.
Mito o realidad: ¿existe el orgasmo sin contacto directo?
Sí, aunque suene a mito, existen los llamados orgasmos “hands-free”, es decir, sin contacto genital ni estimulación directa. De acuerdo con la International Society for Sexual Medicine (ISSM), hay mujeres que han logrado llegar al clímax simplemente a través de respiración profunda, pensamientos, emociones intensas o incluso mientras hacen ejercicio físico.
Este tipo de orgasmo se produce gracias al poder de nuestro cerebro. Aunque el placer físico tiene un rol importante, el orgasmo en realidad es una experiencia neurológica compleja. Ya que las señales que llegan desde el cuerpo (o incluso desde una fantasía) activan áreas del cerebro relacionadas con el placer, generando sensaciones muy similares –o incluso idénticas– al orgasmo tradicional.
Uno de los escenarios más comunes donde llega a pasar esto es durante actividades físicas como el yoga, los abdominales o movimientos que involucran el “core”. Las contracciones musculares profundas pueden activar zonas internas como el suelo pélvico o el nervio pudendo, activando esta reacción placentera.
También puede pasar durante el sueño. Seguro has escuchado de los orgasmos nocturnos o sueños eróticos que terminan con esa misma sensación, aunque no haya pasado ningún contacto físico consciente.
Que bueno, por mágico que suene, no es algo que pueda pasar con tanta frecuencia o certeza que un orgasmo provocado por el contacto físico. Por sorprendente que parezca, es más común de lo que pensamos, pero rara vez se reconocen o hablan del tema ya que no se parece a lo que nos han enseñado sobre “cómo se siente un orgasmo”.