La plática destructiva puede manchar una reputación y cortar la más estrecha relación. Pero también tiene un lado menos siniestro, e incluso benéfico. Sigue leyendo y entérate.
Divulga buenas noticias. Propagar noticias positivas, quizá un tanto privadas, como que tu amiga de toda la vida está embarazada o que tu compañero de trabajo acaba de recibir un jugoso aumento de sueldo, demuestran que estás conectada e inmersa en tus redes sociales (otro plus: le harás un favor a tu amigo porque no quedará como un fanfarrón).
Da ?probaditas? Al igual que sucede con los perfiles de Facebook y las primeras citas, no debes revelar demasiado. ?Una pizca de chisme puede ser más que suficiente?, dice Ben Dattner, especialista y psicólogo organizacional en la ciudad de Nueva York. Por ejemplo, si te ves tentada a despepitar en contra de tu jefa, es más inteligente soltarle un mínimo detalles sobre ella a una compañera de tu confianza para evitar pasarte de la raya y quemarte con alguien que pudiera escucharte. Algo inocente como sus extraños desayunos, pero nunca reveles información demasiado personal, como la lipo que se hizo o que anda en trámites de divorcio.
Aprovecha tu crédito. Siempre y cuando el comentario sea acerca de trabajo y no sobre el mal aliento de tu compañero o su horrible corte de cabello, algunos chismes de oficina pueden ser favorables para ti. ?Las charlas sobre temas triviales son nuestra moneda con la sociedad. Divulga un comentario bueno y de calidad y podrás esperar que te paguen con la misma moneda de una u otra forma?, dice Joseph Epstein, autor de Gossip.
Práctica la divulgación selectiva. Se te esté quemando la lengua, elige sabiamente a tu audiencia. Si tienes que decir algo de otra mujer, considera acudir a un hombre. Las personas se interesan más en los chismes de personas de su mismo sexo, por lo que es menos factible que los divulgue por doquier. ¿No estás segura de que la información sea certera? Habla con una amiga.
