1. Limpieza suave para no retirar tus aceites naturales
El frío vuelve la piel más sensible. Cambia los limpiadores espumosos por fórmulas cremosas o geles suaves. Esto evita resequedad y prepara la piel para absorber mejor los productos hidratantes.
Tip: si tu piel se siente reseca después de lavar, no es el limpiador adecuado.
Tip 2: si estás sufriendo en un día muy frío y no quieres mojar tu rostro con agua helada para limpiarlo, puedes usar toallitas húmedas o limpiar tu rostro con varios algodones y tu limpiador, agua micelar, etc.
2. Hidrata por capas (la clave del glass skin)
El glass skin depende más de la hidratación que del brillo superficial. Usa productos ligeros en capas:
- esencia hidratante
- suero con ácido hialurónico o pantenol
- crema nutritiva
La hidratación por capas retiene mejor la humedad en invierno y deja la piel flexible.
3. Ingredientes que sí funcionan en invierno
Prioriza activos que iluminan sin irritar:
- Niacinamida (reduce opacidad y refuerza la barrera)
- Ceramidas (evitan la pérdida de agua)
- Ácido hialurónico (hidrata a profundidad)
- Centella asiática (calma la piel)
Evita exfoliantes agresivos o retinoides fuertes si tu piel está seca o sensible durante el clima frío.
4. Sellado final: cremas más densas y aceites faciales
El paso más olvidado: sellar la hidratación. En invierno, tu piel pierde agua más rápido, así que una crema más rica o unas gotas de aceite facial ayudan a dejar ese acabado luminoso sin parecer grasoso. Tip: si usas aceite, aplícalo al final, nunca antes de los sueros.
5. SPF todos los días (incluso si no hay sol)
Los rayos UV atraviesan nubes y ventanas, y son los responsables número uno de piel apagada y envejecimiento prematuro. Un buen SPF deja el look final más uniforme y refleja mejor la luz.
6. Truco express para días grises
Si tu piel está muy opaca, mezcla una gota de iluminador líquido con tu crema hidratante. No se verá maquillaje, solo un brillo saludable y natural.
Reflexión Cosmo
La piel luminosa no depende del clima, sino de cómo la cuidas. El frío puede secar, irritar y opacar, pero con la hidratación correcta tu piel puede mantenerse radiante, suave y llena de vida. El glass skin es menos un look… Y más un hábito.