¿No tienes una rutina diaria para cuidarte? Con estos consejos tendrás un excelente comienzo
A todas nos encantaría despertar luciendo perfectas para una selfie. Sin embargo, esto requiere de esfuerzo y dedicación. Mientras que algunos trucos son más difíciles de dominar que otros, hay algunos hábitos fáciles de hacer que puedes comenzar desde hoy para tener una rutina de belleza:
1. Usa bloqueador solar.
El bloqueador no sólo funciona para los días calurosos de verano, sino que protege tu piel de los dañinos rayos UV del sol cuando sales a correr en las mañanas, en tu recorrido hacia el trabajo, o cuando vas a comer. Encuentra un protector solar ligero, que no se sienta pesado en tu piel, para que puedas usar maquillaje o incluso cuando vas al natural; tu piel te lo agradecerá en un futuro.
2. Hidrátate.
Probablemente has escuchado esto un millón de veces, pero mantener la piel hidratada no es sólo para las personas con piel seca: mantenerla hidratada es el primer paso para luchar contra el envejecimiento cutáneo. No ignores tus manos y cuello. Cuando apliques la crema extiéndela hasta tu cuello y siempre lleva una crema de manos para evitar la piel seca y arrugada.
3. Tómate tiempo para exfoliarte.
Mantén una piel reluciente quitándole las células muertas y la suciedad: hazte el hábito de usar exfoliantes faciales o corporales una vez a la semana. El quitar las capas de piel muerta eventualmente revelaran una piel suave y saludable.
4. Mantén tus cejas ordenadas y depiladas.
No todo el mundo puede ponerse maquillaje todos los días, pero las cejas bien cuidadas añaden precisión instantánea, incluso a una cara sin maquillaje. ¿La mejor manera de mantener tus cejas en forma? Haz que te las depilen profesionalmente, y mantenlas así quitando con unas pinzas los pelos perdidos.
5. Usa fragancias como parte de tu rutina de belleza diaria.
Usar perfume diario puede ser tan importante como tu elección de maquillaje o la ropa que usas -una fragancia aumenta el estado de ánimo, establece el todo de tu outfit (¡y tu día!), y hace que te sientas más segura. Sea cual sea tu preferencia o personalidad de perfume, usar una esencia o cambiar de aroma va más allá de hacerte oler bien; es también una de las cosas que te hacen ser quién eres.
