Tuve una aventura con el papá de mi amiga en unas vacaciones en España; esto fue lo que pasó

“Cuando María mencionó por primera vez a su papá, Marco, me imaginé una barriga cervecera y una línea de pelo en retroceso. Pero en la vida real tenía el físico de un hermano Hemsworth”

aventura-joven-papa-amiga.jpg

Tuve una aventura con el papá de mi amiga en unas vacaciones en España; esto fue lo que pasó

Getty Images

No te pierdas esta apasionante, prohibida y polémica historia entre una joven y el padre de su amiga

Conocí a María en el baño de un bar de estudiantes que estaba explotando con canciones cursis de los años 2000. Iniciamos una conversación alegre, admiramos nuestros outfits y pronto nos encon- tramos hablando con entusiasmo sobre nuestro amor mutuo por la ciencia ficción y todas las cosas que podrías considerar nerdy. Así nació una amistad.

Yo tenía 18 años, era introvertida y tímida, acababa de mudarme de la casa de mi familia para asistir a la universidad en una ciudad diferente y María pasaba un semestre en el extranjero en mi escuela. Había nacido y crecido en España, sus papás se habían divorciado cuando ella era niña y ahora vivía con su papá en Granada. Antes de que ella apareciera me había sentido como un pez fuera del agua en la orientación para estudiantes de primer año. Sin embargo, formamos la pareja perfecta de roomies, uniéndonos a través de dudosos experimentos culinarios con ramen y noches de cine con vino barato.

Me decepcioné cuando terminó el semestre y María regresó a España, pero nos mantuvimos en contacto y, unos meses después, me sugirió que fuera a Granada una semana durante las vacaciones de verano. Podría quedarme con ella en la casa de su papá e iríamos a turistear. Por supuesto que no iba a negarme a unas vacaciones europeas, así que reservé boletos de avión y pronto estuve de camino.

Por Arya Patel

Te puede interesar

Tuve una aventura con el papá de mi amiga en unas vacaciones en España; esto fue lo que pasó

Cuando María mencionó por primera vez a su papá, Marco, me imaginé una barriga cervecera y una línea de pelo en retroceso. Pero en la vida real tenía el físico de un hermano Hemsworth, con una mandíbula fuerte y músculos que prácticamente salían por la camisa. Tenía alrededor de 40 años y los mismos rizos oscuros y ojos color chocolate que María, aunque medía poco más 1.90 m y lucía un bronceado más profundo. Las canas grises salpicadas por su pelo y las líneas de sonrisa alrededor de sus ojos solo lo hacían parecer aún más sexy. A decir verdad, nunca había entendido el atractivo de los hombres mayores hasta el momento exacto en que lo conocí.

“Hola, Arya. Es un placer conocerte”, dijo con acento español. “H-hola, gracias por invitarme”. Tartamudeé como respuesta.

Esa primera noche nos preparó la cena y yo pasé la noche entablando una pequeña charla en la mesa de la cocina mientras trataba de ocultar, sin éxito, lo enamorada que estaba de este dios griego de hombre. Me cachó mirándolo un par de veces y me dirigió una sonrisa descarada con esos hoyuelos.

“¿Me está coqueteando?”, me pregunté. No seas estúpida. Quizá solo encontró mi enamoramiento dolorosamente chistoso. Además, incluso si lo hiciera (corresponder a la creciente obsesión que me tenía sonrojada por mi paella de mariscos), no podría acostarme con el papá de mi amiga, tenía que haber algún tipo de código de chicas... ¿verdad?

se-puede-tener-sexo-en-el-espacio.jpg

Cuando María mencionó por primera vez a su papá, Marco, me imaginé una barriga cervecera y una línea de pelo en retroceso. Pero en la vida real tenía el físico de un hermano Hemsworth

Getty Images

Marco tenía un talento para poner a prueba mis límites morales

Pero Marco tenía un talento para poner a prueba mis límites morales. Todas las noches salía del baño frente al sofá donde yo dormía, empapado en nada más que una toalla blanca de la cintura para abajo, girándose hacia mí con esa sonrisa peligrosa y un ronco “buenas noches, Arya” antes de dirigirse a su habitación.

Traté de distraerme de mi espiral de lujuria concentrándome en el viaje. María y yo caminamos por las calles rústicas del mercado de especias de la ciudad y contemplamos la impresionante arquitectura y parques moriscos. Pero Marco se estaba volviendo más audaz cada día. Nada tan obvio para que María lo notara, pero lo suficiente como para irritarme. Eran las pequeñas cosas, como cuando sus dedos parecían demorarse en los míos mientras me pasaba una copa de rioja o cuando me acariciaba el pelo con el pretexto de arreglar un mechón suelto. Era atento y cariñoso, como ninguno de mis ex había sido jamás. Me preguntaba por mi familia y lo que quería hacer en el futuro con un interés genuino, y nunca sonó condescendiente a pesar de la diferencia de edad. La noche antes de mi vuelo de regreso a casa Marco salió del baño después de su baño habitual. Se giró hacia mí, sonrió y dijo: “Buenas noches, Arya”, marcando lo que me di cuenta sería el final de este ritual nocturno secretamente sensual.

No sé qué me pasó en ese instante, pero me levanté y caminé hacia él. Mis manos temblaban de anticipación mientras agarraba su toalla y la dejaba caer al suelo. Su miembro era intimidantemente grande, me arrodillé y lo besé, empezando por la punta y bajando con lamidas suaves. María estaba justo al lado, en su cuarto.

Sentí cómo se endurecía bajo mi lengua mientras soltaba un gemido ahogado seguido de una serie de maldiciones susurradas. Tomé tanto como pude en mi boca y lo miré a los ojos mientras lo chupaba. Ver su rostro contorsionado de placer solo me excitaba más.

el-tamaño-del-pene-es-directamente-proporcional-al-del-pie.jpg

Tuve una aventura con el papá de mi amiga en unas vacaciones en España; esto fue lo que pasó

Foto: Getty Images

El cierre de una apasionante y polémica historia

Marco me levantó por el cuello, de alguna manera brusca y tierna al mismo tiempo, y me arrastró para besarme. Sus manos recorrieron mi cintura y trasero mientras nuestras lenguas chocaban. Ya estaba respirando con dificultad cuando por fin nos separamos. Me volteó y me inclinó sobre el sofá, besándome desde la nuca hasta la espalda. Nunca había tenido sexo sin que alguien me hiciera sexo oral primero, pero estaba literalmente más mojada que nunca cuando Marco me penetró por detrás.

Un gemido escapó de mí y su palma voló para cubrir mi boca mientras comenzaba a moverse dentro de mí, burlonamente lento al principio, pero aumentando el ritmo. Cerré los ojos y me concentré en la sensación de su pene hasta que llegué al orgasmo. Por unos momentos permanecimos inmóviles, sorprendidos, apoyados sobre el brazo del sofá hasta que plantó un último beso en mi frente y se alejó. A la mañana siguiente me despedí y volé a casa como si nada hubiera pasado. María y yo seguimos en contacto y ella me ha visitado algunas veces desde entonces, así que no creo que se haya dado cuenta de lo que sucedió, pero aún espero con ansias mi próxima invitación a unas vacaciones españolas llenas de pasión.

sexo romántico

Tuve una aventura con el papá de mi amiga en unas vacaciones en España; esto fue lo que pasó

También te puede gustar:
Conoce las 5 posiciones más candentes para iniciarse en el sexo anal
¿Encontraste a tu alma gemela en esta vida pero no sabes cómo comprobarlo? Presta atención a las siguientes señales...
Aquí te dejamos la lista de 5 fragancias que se convertirán en tus mejores aliadas durante la actividad sexual.
Si la decisión está tomada, concluye de manera asertiva y no des espacio para una posible reconciliación…